¿Dónde está

la Verdadera Iglesia?

Informaciones sobre las iglesias y sectas

Parte II

Obispo Alejandro (Mileant)

 

Contenido: Introducción a la segunda parte. Bautistas. Cuáqueros. Pentecostales. El moderno "don de lenguas." Metodistas. Mennonitas. Mormones. Adventistas del séptimo día. Testigos de Jehová. "Ciencia cristiana." "Moderno humanismo." Sociedades y cultos seudoreligiosos. Herejías y sectas de Rusia. Uniatas en Rusia. Acerca de algunas religiones actuales y del ateísmo. Conclusión.

 

Introducción a la segunda parte

El presente fascículo, es la parte segunda y final de nuestra breve investigación referente a las modernas denominaciones de la religión cristiana. En ambos fascículos presentamos al lector la historia del surgimiento y la descripción de las doctrinas de diversas ramas del cristianismo. La sucinta información que figura aquí, al igual que el estudio más profundo del tema en cuestión, indudablemente ayudarán al investigador imparcial a concluir acerca de la enorme ventaja que tiene la iglesia Ortodoxa en comparación con otras iglesias, precisamente por el hecho de que asciende ininterrumpidamente hasta la única y santa Iglesia de los primeros siglos, y que ha preservado la pureza de la fe apostólica y la sucesión apostólica de la gracia. Aunque la iglesia católica posee también la sucesión apostólica de gracia, se ha apartado de la pureza de la fe apostólica. Otras denominaciones cristianas son relativamente recientes, y cada una de ellas rompió en mayor o menor grado con la tradición apostólica, desfiguró más o menos la fe cristiana y no conservó la sucesión de la gracia.

La ortodoxia y el catolicismo, el protestantismo, el luteranismo, el calvinismo, el reformismo, el presbiterianismo, la confesión anglicana, los indicios de la verdadera Iglesia y algunas otras cuestiones se expusieron en la primera parte de nuestro fascículo, mientras que en esta segunda parte vamos a hablar acerca de las denominaciones de origen posterior.

 

Bautistas

La secta de los bautistas es proveniente del medio de los ingleses puritanos. Su peculiaridad reside en el hecho de que los bautistas no reconocen el bautismo de los niños. Su primera comunidad surgió en Inglaterra en 1633; y en 1639 se mudaron a Norteamérica formando su centro en Rhode Island. Al principio esta secta no tuvo ningún éxito; pero a los fines del siglo XVIII fue creada la "unión de los predicadores" con el fin de predicar el cristianismo entre los negros americanos, que debería ser libre de los dogmas, ritos y signos obligatorios. Esta idea encontró cierto entusiasmo entre los acaudalados norteamericanos y proporcionó el apoyo material. Aparecieron refugios para huérfanos y ancianos, escuelas, cursos, hospitales y numerosos misioneros voluntarios. Desde esta época el bautismo empieza a tener nuevos adeptos en Inglaterra y en Alemania, penetra en la China, Japón, India, Polonia y más tarde en Rusia. La "Unión matriz de Bautismo," fundada en E.U.A. en 1814, comenzó a disponer de ingentes recursos financieros, y pronto abarcó con su propaganda el mundo entero. En Rusia esta secta fue introducida desde Alemania, donde Hamburgo se convirtió en el centro de este movimiento.

Con el tiempo el bautismo se dividió en numerosas subsectas. Esta división comenzó ya a fines del siglo 17, cuando se separaron los bautistas "particulares" (quienes adoptaron la doctrina de Calvino acerca de la incondicional predestinación) de los bautistas "generales" (o los bautistas del libre albedrío, que reconocían la generalidad para todos de la gracia salvadora de Dios, la cual puede atraerse por la libre voluntad del hombre). En la época precursora de la revolución en Rusia los Bautistas "particulares" rechazaban el juramento, el servicio militar y los tribunales, pero en la actualidad ya no tienen tan abierta negación del estado y de las obligaciones civiles.

Existen también los Bautistas con tendencias hacia el judaísmo: los "Bautistas del séptimo día" que celebraban el sábado, los "bautistas cristianos," que rechazaban el dogma de la Santísima Trinidad, la doctrina de infierno y el diablo y las festividades cristianas (que según ellos son contrarias a la Sagrada Escritura). Hoy en día los bautistas aceptan el dogma de la Santísima Trinidad. Sin emborgo los bautistas Hay bautistas que, basándose en los apócrifos judíos, proclaman dos generaciones de Eva: una de éstas del diablo. Además, existen otras subdivisiones de los bautistas como p.ej. los "cristianos evangélicos," "estudistas," "evangelistas," etc. El bautismo se caracteriza por su enemistad para con la religión Ortodoxa. Todas las ramas del Bautismo están unidas entre sí por la negación de la validez del bautismo de los niños. Protestando contra el bautismo de los niños, los bautistas aseveran que las criaturas (nacidas de los padres cristianos) ya están lavadas y purificadas por la Sangre de Cristo, de suerte que no requieren el bautismo. Aparte de eso, alegan el mandamiento de Cristo conferido a Sus discípulos: "Id, pues, e instruid a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mat. 28:19; Mar. 16:16). Interpretan estas palabras creyendo que a los apóstoles está prescrito bautizar a los adultos, ya capaces de creer, y no a las criaturas.

La doctrina de esta clase contradice a la Sagrada Escritura y a la práctica de la primitiva Iglesia. La Palabra de Dios requiere el bautismo de todos, sin excluir los niños. El propio Cristo, decía que solo "los nacidos de agua y espíritu" podrán entrar en el Reino de Dios (Jn. 3:5); y en cuanto a los niños, ordenó: "Dejad en paz a los niños, y no les estorbéis de venir a Mí" (Mat. 19:14). "El bautismo infantil –atestigua Orígenes, el conocido escritor eclesiástico del siglo III –tiene su principio en los tiempos apostólicos." Además, en el Nuevo Testamento el sacramento de bautismo, sustituyó el rito antiguo de la circuncisión que era la figura (prototipo) del bautismo, y se llevaba a cabo pronto después del nacimiento de la criatura. En el libro de los Hechos de los Apóstoles se menciona que los apóstoles bautizaban familias enteras, que indudablemente incluían a los niños. Por cuanto todos los bautizados se convertían en miembros de la Iglesia de Cristo, cuanto antes se bautizaba alguno, tanto más temprano adquiría la vida de gracia. Su crecimiento espiritual progresaba paralelamente con el físico.

Los bautistas, al igual que otros protestantes, no tienen una doctrina clara acerca del rol de la Iglesia. Más aun: ellos simplemente rechazan la doctrina apostólica de la Iglesia. "No estoy en condiciones de formular nuestra doctrina de Iglesia" dijo H. Philips, Edimburgo en 1937. Similares afirmaciones son típicas también para otros líderes de los bautistas.

El rasgo característico de todos los predicadores de los sectarios, y especialmente bautistas y de sus ramales, es la seguridad en su salvación. Esta idea se desprende debido a la creencia general del protestantismo, que la salvación se consigue automáticamente por la fe en Cristo. Esta convicción se basa en las frases separadas apropiadas de la Escritura Sagrada, como p.ej. "El que cree en Mi tiene la vida eterna" (Jn. 6:47). "Os he escrito lo mismo para que creáis que creyendo en el Hijo de Dios tenéis la vida eterna." Estas frases no pueden considerarse por separado de las palabras precedentes y posteriores. La Sagrada Escritura hace distinción entre la fe muerta y viva, la fe salvadora y la fe que no puede salvar. "¿Qué le aprovecha, hermanos míos, a uno decir que tiene fe si no tiene obras? ¿Podrá salvarle la fe? La fe si no tiene obras es de suyo muerta" (Stg. 2:14 y 17). "Los demonios también creen y tiemblan." Es un ejemplo de la fe muerta que no puede salvar.

Ahora también, sería insuficiente creer en el sacrificio redentor de Cristo: aun se precisa llevar Su Cruz y seguirlo (Luc. 14:27), pues solo el que aguanta hasta el final se salvará.

Cuáqueros

Simultáneamente con los bautistas, surgió en Inglaterra y Escocia la secta de los "Cuáqueros" fundada por Geoge Fox. Llevado por meditaciones religiosas del estado de autoseducción, imaginando estar llamado de lo alto para restablecer el verdadero cristianismo, en 1647, pronunció su sermón.

Siendo un simple artesano, aficionado a la lectura de la Biblia, fue impresionado por la multiplicidad de interpretaciones de la iglesia anglicana, referentes a las principales cuestiones de la fe. Al no recibir la respuesta a sus preguntas llegó a la negación absoluta de la Santa Tradición, rechazando también la necesidad de los maestros de la fe, teólogos, confecciones oficiales y el símbolo de fe. Al proseguir con su razonamiento, llegó a las siguientes conclusiones: 1) El único intérprete de la Sagrada Escritura es el Espíritu Santo, que no estaba con ningún fundador de diversas sociedades religiosas, de modo que estas no contienen cristianismo verdadero. 2) Solamente él (G. Fox) recibió su revelación directamente del Espíritu Santo. 3) El verdadero cristianismo no reside en los dogmas y sistemas teológicos, sino en la directa iluminación del hombre por el Espíritu Santo, el cual le instruye y dirige hacia la perfección. Los cuáqueros creen que la iluminación personal directa es superior a la Sagrada Escritura, la cual se interpreta por ellos bajo la luz de esta "iluminación" personal.

Ante este tipo de manifestación hacia la Palabra de Dios, la arbitrariedad y las tergiversaciones son inevitables.

Partiendo de este concepto, los cuáqueros rechazaban la doctrina de la Iglesia y los sacramentos, inclusive el bautismo y la eucaristía (comunión). En sus reuniones después de la lectura de la Biblia dejan lugar al llamado "silencio creador," cuando cada uno espera la llegada del Espíritu Santo; y si alguien, mientras tanto, indiferentemente de ser hombre o mujer, sabio o ignorante, al sentir la "iluminación" empieza a predicar ante la asamblea y profetizar; los congregados aceptan sus palabras como reveladas desde lo alto, y las consideran como básicas para la fe y la vida.

Pentecostales

A mediados del corriente siglo surgió en los E.U.A. el llamado "movimiento carismático" (del gr. KHARIS, gracia), cuyo objetivo consistía en restablecer dentro de la moderna sociedad los dones de gracia recibidos por los apóstoles en el día de Pentecostés y, particularmente, el "don de lenguas" debido a la capacidad recibida repentinamente de hablar en algún otro idioma. Este movimiento fue apoyado por una serie de las iglesias bautistas y metodistas. El movimiento "carismático" era de esperarse en el medio protestante, ya que el protestantismo, no teniendo la sucesión apostólica de gracia, está privado de la fuerza regeneradora de los santos sacramentos y de los dones del Espíritu Santo. Las asambleas sectarias de oración, desprovistas de gracia no pueden traer una real satisfacción espiritual al cristiano.

El movimiento carismático, que prometió introducir una corriente nueva en la vida de las iglesias protestantes, pronto se hizo popular, y en diferentes partes de los E.U.A. comenzaron a surgir las asociaciones de los "pentecostales." Este movimiento hasta influyó sobre algunas iglesias de la orientación más tradicional. De vez en cuando los pentecostales se reúnen en grandes multitudes, junto con gente que viene de todos los confines de los E.U.A. y hasta de otros países. Debido a la ausencia de una determinada estructura administrativa, resulta difícil determinar el número total de las sectas de los pentecostales. En tiempos relativamente recientes, empezaron a surgir las comunidades de pentecostales en Europa (incluyendo Rusia).

Lo común entre los pentecostales, es la tendencia hacia la iluminación de gracia y la manifestación del "don de lenguas." La mayoría de los pentecostales reconocen la Santísima Trinidad, la existencia del pecado original en el hombre, la Divinidad del Salvador y Su sacrificio de redención. También reconocen el bautismo por inmersión en agua y la comunión, o sea, "la última cena," con la cual combinan el rito del "lavado de pies." Sin embargo, rechazan la sucesión apostólica, el orden y los restantes sacramentos debido a su origen protestante.

La denominación de "pentecostales" surgió de su propio concepto del acontecimiento del descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles en el día de Pentecostés (es decir, el quincuagésimo día después de la resurrección de Cristo). Los pentecostales enseñan que ellos, a la manera de los apóstoles, en el momento de su bautismo, y durante la oración social reciben la gracia del Espíritu Santo y la maravillosa capacidad para hablar lenguas desconocidas. Para obtener los dones de gracia, los pentecostales recurren a los medios artificiales: en sus reuniones se excitan por el canto unísono de las oraciones; golpeando al tacto el suelo con los pies, aplaudiendo y de vez en cuando exclamando en coro las palabras "aleluya" y "amén." Lo principal, consideran que consiste en suscitar buena disposición y aun éxtasis. Algunas naturalezas sensibles caen en histerismo, empiezan a reír sin freno, a gesticular y murmurar algo ininteligible.

¿Qué representa el moderno "don de lenguas"?

Aunque los pentecostales y otros "carismáticos" tratan de suscitar en sí mismos de un modo artificioso el surgimiento del "don de lenguas," tienen como resultado algo que no tiene nada que ver con el milagro del cual gozaron los apóstoles en el día de Pentecostés. Acerca del maravilloso y real don de lenguas recibido por los apóstoles en el día del descenso del Espíritu Santo, se relata en los primeros capítulos del libro de los Hechos de Apóstoles. En cuanto a la esencia y cometido de este don de lenguas, el santo apóstol Pablo escribe detalladamente en los capítulos 12 a 14 de su epístola a los Corintios. El don de lenguas, fue necesario para los apóstoles con el fin de la exitosa difusión del Evangelio entre diversas nacionalidades, en sus propios idiomas. Gracias a esta particularidad la Iglesia empezó a expanderse con rapidez. Sin embargo, como sabemos bien de la posterior historia eclesiástica, este don no ha perdurado por mucho tiempo. A medida que empezaron a aparecer en diferentes países los predicadores locales cristianos, que dominaban a la perfección su propia lengua, disminuía la necesidad del don sobrenatural de lenguas. Por ejemplo, ya en la época de San Irineo de Lyon (a mediados del siglo III), el don de lenguas solo se menciona como un fenómeno raro.

De la epístola del apóstol Pablo, dirigida a los Corintios, se puede deducir que precisamente en esa iglesia el don de lenguas estaba más difundido que en otras. En aquel entonces dicho don de lenguas, representaba una dote espiritual que recibían algunos cristianos después de estar bautizados, al experimentar la imposición de las manos de los apóstoles. El apóstol Pablo previene (advierte) a los cristianos de Corintio contra los abusos del don de lenguas. Resulta que en las reuniones de oración, los cristianos corintios a menudo empezaban a hablar lenguas extrañas, lo que no tenía ningún fin. Es evidente que lo hacían para sobresalir ante otros. El apóstol Pablo explica que el don de lenguas "está requerido para los infieles y no para los fieles." En otras palabras, el don de lenguas está requerido para la predicación, para la conversión de los gentiles, y no para los que ya están bautizados.

Más aun, el mismo don de lenguas ejerció un efecto negativo sobre las reuniones de oración cuando se utilizaba inoportunamente. Cuando por ejemplo, en el santo oficio varios hombres a la vez empezaban a hablar en idiomas desconocidos a la mayoría de los presentes, surgía un ruido y se perdía la disposición oratoria. Con el fin de corregir estos abusos, de la milagrosamente obtenida capacidad de hablar en nuevas lenguas, el apóstol Pablo explicaba a los Corintios que el don de las lenguas es el don menor entre otros dones, que son más necesarios para el hombre. Los cristianos de Corinto harían mejor si rogasen a Dios que les enriquezca con la fe, continencia, amor, paciencia, sabiduría y otras dádivas virtuosas.

Comparando el don de lenguas de la época apostólica con la "verbosidad de lenguas," se debe reconocer que entre ellos existe una gran diferencia. En el tiempo apostólico, los cristianos adquirían la capacidad para hablar en alguna lengua humana. Se trataba del habla articulada humana, necesaria para un misionero en vista de su fin de apostolado. Contrariamente al don genuino de lenguas de la época apostólica, la contemporánea "habladuría" de los pentecostales, es simplemente un párrafo de palabras y sonidos inconexos desprovistos de sentido, las cuales ora tienen forma de bisbiseo (susurro) ora se convierte en gritos. Los propios pentecostales reconocen esto, y lo consideran como manifestación de la lengua de los "moradores del paraíso." Sin embargo, no sería posible reconocer el milagro de Dios en sus insensatos sonidos. Simplemente son el resultado de la excitación nerviosa, el estado de trance y las alucinaciones que a veces se aproximan al endemoniado. Por lo tanto, los sectarios blasfeman cuando atribuyen a la Divina inspiración su exaltación artificialmente provocada y sus ininteligibles sonidos.

En términos generales, la tendencia a las sensaciones agudas es característica de la sociedad moderna, que se arrastra por la música violenta, la cual suscita en los oyentes sentimientos exaltados y eróticos, que favorecen el desenfrenado comportamiento sexual de la sociedad que, además, abusa de las excitantes sustancias químicas y narcóticas, y la cual se aficiona a las películas llenas de horrorosos crímenes y espantajos. Todas estas perversiones representan síntomas típicos del alma humana enferma.

De la misma manera, la búsqueda del arrobamiento y éxtasis en la oración, es el indicio del estado apasionado y orgulloso. Aquí estamos en presencia de la permuta de los genuinos dones del Espíritu Santo, por los suscitados artificialmente debido a las emociones anímicas. Ignorando la experiencia espiritual de los Santos de Dios, rechazando el sacerdocio y los sacramentos establecidos por Dios, los modernos sectarios se esfuerzan para obtener gracia mediante aplicación de diversos métodos dudosos y peligrosos. De esta manera surge el autoengaño y la seducción, contra los cuales han prevenido los santos devotos de la Iglesia Ortodoxa.

El cristiano ortodoxo debe evitar por todos los medios de estropear el sentimiento religioso. Tiene acceso a los auténticos tesoros de la gracia en los sacramentos de la Iglesia, en sus divinos oficios, al igual que en la sincera oración privada. En la comunicación con Dios, no hay que buscar una exaltación ni las agudas sensaciones, sino la renovación del alma pecadora. Esta renovación viene a través de la humildad, penitencia y la corrección de la propia vida. Y a medida que se renueva el alma humana, morará cada vez más en ella la verdadera gracia de Dios, y con ésta la paz celestial y la alegría pura, en comparación con las cuales la exaltación terrenal no será nada más que una barata imitación.

Metodistas

El movimiento de los metodistas ha brotado en el seno del anglicanismo en el siglo 17, como intención de llevar a cabo cierta reformación de la iglesia estatal anglicana sin influir sobre su doctrina.

Su tarea primordial tendía hacia la realización de los principios de la moral cristiana en la vida. Doscientos años desde la ruptura con Roma y de incesante lucha intestina, ejercieron un efecto negativo sobre el aspecto moral de la sociedad, costumbres y hábitos, descendiendo al nivel mas bajo a principios del siglo XVIII. Durante los años 30 del siglo 18 el arzobispo de Canterbury, opinaba con dolor que de la iglesia se burlan abiertamente los círculos seglares, los científicos y la nobleza, escarneciendo sin cumplidos a todos sus servidores.

En este difícil período de la iglesia anglicana, un impetuoso joven teólogo de la universidad de Oxford, John Wesley, junto con un grupo de compañeros organizó el círculo de los celadores de la vida piadosa, el "Club Sagrado," cuya meta consistía en vivir de acuerdo con las indicaciones del Evangelio, en ayuno, oración y buenas obras, cumpliendo estrictamente la "metodología" establecida (de ahí su denominación metodistas). En el transcurso de seis años Wesley daba conferencias en Oxford, y figuraba como presidente en las disputas públicas. Se declaró partidario de Lutero por "la fe que justifica," y se convirtió en el predicador ambulante de la vida devota. Pero pronto Wesley fue excomulgado. Acto seguido creó su "sociedad unida," en la cual se admitían a la predicación a todos los laicos, sin distinción de sexo ni de posición social. En 1741, debido a las divergencias en la doctrina de "predestinación," los metodistas se separaron en dos corrientes. En Inglaterra reconocen la participación del libre albedrío humano en la salvación, mientras que en América apoyan la doctrina de la predestinación incondicional.

Dogmáticamente el metodismo se aproxima al anglicanismo, y reconoce buenas obras, pero no exige la uniformidad en las opiniones, ni la misma forma de adoración de Dios, sino solo el proceder justo y el temor de Dios. La iglesia metodista preservó las dignidades de los obispos, presbíteros y diáconos. Los presbíteros realizan independientemente el sacramento de eucaristía, mientras que los diáconos están autorizados para "bendecir" los matrimonios, efectuar los bautismos y prestar su asistencia en la eucaristía.

Los metodistas guardan con seriedad los mandamientos de Cristo, poseen buena organización de los fieles, y desarrollan una actividad misionera muy intensa. Sus comunidades están divididas en "círculos" y "clases." Las clases se reúnen cada semana, y allí se discute el estado espiritual de todos los miembros, y se lleva a cabo un intercambio de opiniones sobre la base de la experiencia espiritual. Los metodistas no desprecian ningún tipo de trabajo, prestan mucha atención a los niños y luchan contra violaciones del descanso dominical; no aprueban las livianas distracciones y son contrarios al despilfarro y a las borracheras. En América llegan hasta el número de doce millones. Como todos los protestantes, no veneran ni a la Santísima Virgen María ni a los Santos. No veneran los iconos, y les es ajeno el símbolo y la arquitectura de las iglesias.

Mennonitas

En 1520 en Sajonia surgió la secta de "anabaptistas," que recibió su denominación de la costumbre de bautizar a todos los que se incorporaban en su sociedad. La misma empezó a llevar a cabo el principio de la libertad social y política, y no solamente la religiosa, sin parar ante las medidas de arbitrariedad y cohesión. Basándose en el principio de libertad, empezaron a derrocar las autoridades existentes y las relaciones establecidas, fijando una igualdad absoluta no solamente en lo referente al uso de las propiedades, sino también en el de las mujeres.

Esta secta no era otra cosa que una organización revolucionaria social-política, que actuaba bajo la sombra de la religión.

La actividad de esta secta, con la llamada de sus pregonizadores para llevar a la práctica sublevaciones armadas, asesinatos y pillajes, ha conducido a muchos desastres. En la cuidad de Munster, cierto panadero se declaró rey, y esta ciudad se denominó el "Nuevo Jerusalén," siendo el reino la "nueva Sión." Fueron expedidos 28 "apóstoles," para subyugar a todos los pueblos a su potestad. Para la igualdad general según la educación, salió la orden de quemar las bibliotecas y destruir las obras de arte. Los templos cristianos fueron derrumbados, y el clero, al igual que los ciudadanos acaudalados, fueron aniquilados. Todo se acabó en 1535 por la toma armada de la cuidad y sendas ejecuciones. Aunque el anabaptismo sufrió su decadencia, ha renacido hasta cierto punto con el sacerdote católico Nennom, quien pasó al campo de los anabaptistas. Adoptó una estricta disciplina, conservó la repetición del bautismo, el rechazo del juramento referente al servicio civil y militar, y el acudimiento a los tribunales. Los mennonitas todavía existen en Holanda, Rusia, Inglaterra y América; se caracterizan por su alta moral, honradez (honestidad, probidad) y su alta capacidad de trabajo.

Mormones

"Santos del último día"

Esta secta norteamericana, fundada en 1830, cuenta hoy en día con aproximadamente 2,5 millones de integrantes; la mayoría vive en el estado Utah de E.U.A., y los otros en Canadá, Inglaterra, Suiza y Nueva Zelanda.

Su fundador Joseph Smith escribió el libro llamado "Libro de los Mormones," que ellos respetan como Santa Escritura, o sea el complemento de la Biblia. En la misma, se presenta un relato fantástico acerca de cómo un grupo considerable de los judíos a 600 años a. J. C. emigró a América. Posteriormente la porción menos culta de ellos, se hizo salvaje y dio origen a los indios. La porción restante, que era más culta, construyó las ciudades, contribuyó al desenvolvimiento de las ciencias y fue visitada por Jesucristo. Se supone que Su doctrina está registrada sobre las tallas de oro por el "profeta" Mormón. El hijo de este, Moroni, copió las tallas enterrándolas luego. En el año 400 de la E. J. el primer grupo aniquiló al segundo, y después de 1400 años, Moroni resucitó y entregó a Smith dichas tallas, las cuales luego desaparecieron. Acto seguido Smith, basándose en las tallas, escribió un libro que incluía reglas de vida para los mormones. En la doctrina de esta secta, hay muy pocos puntos comunes con el cristianismo y con el protestantismo. En el medio de los mormones reina una disciplina rigurosa, se prohibe el uso de las bebidas alcohólicas, café y tabaco; existe una organización estricta de la vida familiar y social. Todos ellos viven bajo excelentes condiciones materiales, y están asistidos financieramente entre sí. Los mormones están obligados a aportar la décima parte de sus ganancias a la iglesia. Al principio se admitía poligamia entre ellos, pero en la actualidad la misma está prohibida en los E.U.A. Su actividad misionera está muy desarrollada. Respetan igual a la Sagrada Escritura como al libro de Mormones, y comparan a su fundador Joseph Smith con el profeta Moisés, y hasta con el propio Jesucristo.

Adventistas del séptimo día

Esta secta es de origen norteamericano; se parece a la de los bautistas y da preferencia al Viejo Testamento. La fundó en la década de 1830, el humilde granjero Whilliam Miller. El estudió de la Sagrada Escritura, le dio la convicción acerca del pronto fin del mundo con la llegada del milenario reino de Cristo. ***

Luego indicó el mes, el día y hasta un monte en el estado de Nueva York, donde debería aparecer Cristo. Una gran cantidad de adventistas se reunió en las proximidades del "Monte del Juzgado," todos vestidos con ropa blanca. No obstante el fracaso, algunos de ellos siguieron fieles a Miller. Los elementos no cristianos aprovecharon esta credulidad. Uno de los adeptos de Miller, George Sperr, editó sus sermones, en los cuales negaba la inmortalidad de alma, y se afirmaba que los tormentos eternos consisten en la aniquilación completa del pecado. La fecha de advenimiento fue aplazada al año 1914, luego a 1933 y, finalmente a 1995. Esta última fecha coincide con las predicciones de algunos rabinos, referentes a la esperada llegada de su "Mesías."

Los adventistas, creen que esta doctrina referente al segundo advenimiento, es la médula de la Sagrada Escritura, teniendo los dogmas restantes solo importancia secundaria. Comprenden literalmente el capítulo 20 de Apocalipsis (Revelación de San Juan), y al basarse en el mismo, aseguran que el reino milenario de Cristo, comenzará recién cuando estén resucitados solamente los judíos. Una vez, pasados los 1000 años, Cristo vendrá por tercera vez, cuando resuciten los impíos que serán pronto destruidos por el fuego celestial. Luego la tierra se tornará "nueva," estará habitada por los justos, y comenzará la sempiterna bienaventuranza.

La Iglesia Ortodoxa, comprende el período milenario del capítulo 20 de Apocalipsis alegóricamente, o sea: que después de Su muerte sobre la cruz y la resurrección, el Señor Jesucristo quitó de Satanás el poder sobre los hombres. El número 1000 es simbólico, y denota un período largo, cuya exacta duración solo es conocida a Dios. Antes del fin del mundo, debido a la apostasía masiva del cristianismo, el diablo obtendrá cierto poder sobre los incrédulos, pero solo por poco tiempo. Entonces el Señor Jesucristo visitará la tierra por segunda vez, para juzgar al mundo, y luego comenzará el eterno Reino de Cristo. Por consiguiente, la "primera resurrección" es la renovación espiritual de los fieles, que ha comenzado en el tiempo del Salvador, y asciende hasta la actualidad. La segunda resurrección, es la vuelta de las almas humanas en sus cuerpos renovados; tendrá lugar antes del fin del mundo. Entonces se levantarán todos los seres humanos, y no solamente los justos. Pero el aspecto de los resucitados corresponderá a su grado de santidad o pecaminosidad. Nota: se ha de recordar, que el libro de Apocalipsis está lleno de simbolismo, y debe comprenderse en el contexto de la doctrina cristiana completa acerca del fin del mundo.

La doctrina del Salvador referente a Su segundo advenimiento, está descrita en los Evangelios y en las epístolas apostólicas (Mat. 24; 1 Tes. 4:13-18; 5:1-3 y 2 Tes. 2), y no tiene nada que ver con la enseñanza de los adventistas. El Evangelio solo menciona dos advenimientos de Jesucristo y un Juicio Final (la primera llegada de Cristo, tuvo lugar durante Su natividad en Belén, y la segunda acontecerá antes del fin del mundo). En cuanto a la doctrina de los adventistas, está extraída de los libros rabínicos, y se asemeja a la concepción judía en su espera de la llegada del Mesías. Mientras tanto, la doctrina referente a la tercera llegada de Cristo, es pura invención de los adventistas.

Testigos de Jehová

Esta secta es hostil al cristianismo y a la soberanía estatal cristiana. Fue fundada a fines del siglo 19, y creció en la década de 1930 en América, comenzando a operar instantáneamente con enormes recursos materiales. Su revista "Atalaya," se edita en 27 idiomas y tiene sus representantes en 150 países. Aunque los "Testigos de Jehová" manipulan la terminología novotestamentaria, apoyándose sobre la Sagrada Escritura, su doctrina no tiene nada en común con el cristianismo; es una mezcla peculiar de los elementos religiosos y políticos. A la Iglesia de Cristo ellos la llaman "organización de Satanás," y así mismos, "los testigos de la ira y venganza de Dios" contra la Iglesia de Cristo. Vaticinan el próximo derrumbe de la Iglesia y la aniquilación de los pueblos cristianos. En la parte política de la doctrina de los "testigos," se manifiesta con claridad la demagogia marxista. Predican irresponsablemente y arbitrariamente la nivelación entre los ricos y pobres, trabajo para todos, ausencia de la explotación, abundancia de alimentos, cesación de las guerras, etc. Tratan de apoderarse de las potestades.

Criticando el sistema (político) actual de los E.U.A y de otros países, no juzgan ni por una sola palabra los existentes estados ateos. Su doctrina parece una planificación dirigida a la destrucción de culturas y soberanías cristianas.

"Ciencia Cristiana"

(Christian Science).

El libro "Ciencia y salud, con la clave para la Santa Escritura" es el "evangelio" de los adeptos de esta secta. Esta escrito por Heddy Becker al principio del corriente siglo en el estado de Massachusetts, E.U.A. Aunque la fundadora reprende a los calvinistas, al final llega a la negación de Dios. Un estudio profundo de la doctrina de esta secta, revela que la misma no tiene nada que ver con el cristianismo, evangelio o Biblia. Tampoco tiene algo científico; niega a la medicina y llama a curarse por la autosugestión.

"Moderno humanismo"

(Humanismo Secular, una secta antirreligiosa)

NOTA PRELIMINAR: Para evitar desentendimientos, vamos a presentar algunas aclaraciones tomadas de los diccionarios enciclopédicos. HUMANIDAD — amor o cuidado del hombre; HUMANITARISMO — la tendencia para desarrollar propiedades superiores del hombre: nobleza del pensamiento, desarrollo de la mente y del corazón; HUMANISMO – movimiento intelectual europeo, nacido y desarrollado en los siglos XV y XVI, la época llamada de "Renacimiento." El esfuerzo para dirigir el trabajo del pensamiento a la solución de las cuestiones vitales, del carácter material y práctico, con el fin de mejorar la condiciones de la vida humana.

El "Moderno humanismo" es una secta atea, que pone como piedra angular para la vida eterna y en calidad de la "entidad suprema" del universo, al propio hombre que no necesita a Dios y que debe crear solo las leyes, reglas y su propia moral para lugar y tiempo dado. El "Moderno humanismo," considera todas organizaciones eclesiásticas y creencias como perjudiciales para la educación, sicología y la vida del hombre.

El "Moderno humanismo" surgió en los E.U.A a mediados de la década de 1930. Fue creado por un grupo de incrédulos científicos y filósofos, que se unieron formando la "Asociación Humanista Americana." En 1933 publicaron el "Manifiesto de los Humanistas Nº 1," firmado por 34 pedagogos y escritores, quienes explicaban el objetivo y las tendencias del "Moderno Humanismo." En 1973 salió el segundo manifiesto, firmando por decenas de muy influyentes personas de todo el mundo (incluyendo la U.R.S.S.).

Esta secta considera al hombre como el dueño del mundo, la superior creación de la naturaleza, que Dios no existe y, por consiguiente, las oraciones son inútiles, de modo que el hombre solo debe apoyarse en sus propias fuerzas. Etica, moral y mandamientos son inventos del hombre, y están sujetos a los cambios de acuerdo con el lugar, tiempo y circunstancias. El hombre debe ser independiente de las autoridades superiores, y puede dirigir su vida conforme con su propia razón, teniendo en vista su personal provecho. No tiene ninguna obligación de cuidar a los pobres y enfermos. Los abortos entran en el ámbito de su derecho. La vida familiar no debe estar restringida por las leyes eclesiásticas y civiles; su derecho incluye la posibilidad de cambiar al acompañante de la vida y de gozar de cualquier placer carnal.

La desordenada libertad condiciona el ateísmo de esta secta, y la misma resulta ser peligrosa, porque por medio de su propaganda tiende a pervertir la sociedad, depravando la generación joven. El "Moderno humanismo" trata de atraer a sus filas las personas influyentes, tales como escritores, artistas, propietarios de los estudios cinematográficos, etc. Hollywood produce sistemáticamente una serie de las películas antireligiosas y amorales destinadas para la juventud y los niños. También se escriben los cuentos y novelas de contenido similar. Ya puede observarse el nefasto influjo de esta secta en la sociedad y la juventud, de modo que no puede excluirse el peligro de perdición para toda la nación.

Sociedad y cultos antirreligiosos

Debido al hecho de que la constitución de los E.U.A., garantiza el derecho de cada ciudadano para tener sus propias convicciones políticas y religiosas, al igual que la posibilidad para difundirlas, no existe nada más fácil que la fundación de una sociedad religiosa o de un partido político en este país. Sería suficiente asegurarse el apoyo de algunos partidarios para obtener el derecho del registro legal de una sociedad tal. La legalización de una asociación religiosa la exime de los réditos. Por eso, a menudo en los EE.UU. aparecen asociaciones religiosas y cultos que ocultan por detrás de la fachada religiosa metas puramente comerciales.

A estas asociaciones p.ej. pertenece la secta Muna (que se denomina, iglesia de unificación), la CHURCH of SCIENTOLOGY y numerosas sociedades evangélicas de televisión, encabezadas por los predicadores que tienen pretensiones proféticas y taumaturgas.

Sería difícil en un sucinto artículo, abarcar la envergadura total de enseñanza u organización de estas asociaciones de carácter seudo-religioso. Algunas de las mismas, como p.ej. la sociedad de televisión PTL (Praise the Lord — Alabad al Señor), predican los principios religiosos (en espíritu de los pentecostales), pero evidentemente persiguen objetivos comerciales (de 12 a 45% del tiempo en televisión, se utiliza para juntar medios pecuniarios). La recolección de dinero se efectúa exitosamente, de suerte que algunos dirigentes de los grupos de televisión viven en medio del lujo legendario, y cada tanto participan en ruidosos escándalos, estafas y depravación moral.

La "Iglesia de unificación" fue creada en los E.U.A por el predicador coreano San Muna en 1972. La doctrina de esta secta está expuesta en su libro "Divine Principle" ("Principio Divino") y constituye una amalgama de las creencias orientales, de la fantasía del propio Muna, y de una pequeña porción de los elementos cristianos. Los partidarios de Muna lo consideran el Mesías que ha llegado para salvar al mundo. Las personas unidas a la iglesia de unificación, se someten a un intensivo tratamiento psicológico, con el fin de convertirlos en adeptos leales de Muna y distribuidores activos de sus ideas. Su organización posee una administración secreta muy complicada, y bajo diferentes nombres falsos lleva a cabo grandes operaciones comerciales. Se atrae ingeniosamente la colaboración de la juventud, que se separa de la familia y reúne los medios financieros que busca la iglesia de unificación. Esta organización seudoreligiosa ha mutilado espiritualmente a numerosos jóvenes.

La iglesia de Scientology, no tiene nada que ver con la religión. Fundada en 1954 por L. Rhon Hubbart, sólo se encubre bajo la señal de la cruz y por algunos lemas del cristianismo. Pero la verdadera meta de esta sociedad está expresada con toda sinceridad por su fundador: "Dinero, oh dinero! Traed cada vez más dinero y haced que lo traigan también otros." Hasta la más exitosa empresa comercial, puede envidiar la capacidad financiera de esta sociedad. Scientology difunde los libros tales como "Dianetix," "Camino a la felicidad" y otros, cuyo objetivo consiste en atraer gente para los costosos cursos de la renovación psíquica y espiritual. Estos cursos traen ganancias millonarias. Prometen purificar el alma, esclarecer la mente, desarrollar sensación de bienestar y seguridad de sí mismo, al igual que el descubrimiento de las fuentes de felicidad. Las personas cuya fe es débil, y que tienen problemas psíquicos se dejan seducir por la posibilidad de obtener equilibrio anímico (de alma; espiritual) y con el fin de descubrir cualquier meta en su vida. Algunos hombres gastan cientos, miles y hasta cientos de miles de dólares, en el concurso de infinitas lecciones y los cursos de curación. Autosugestión es el principal método de curación de los scientólogos.

En resumidas cuentas, los dirigentes de semejantes sociedades pseudo-religiosas, prestan muy pobre servicio a la sociedad moderna, porque desarraigan la fe con el fin de aprovechar ganancias particulares.

Partiendo de los años 1970 en los E.U.A., surgen cada vez más cultos diferentes combinados con las ideas gentiles, índicas, teosóficas, astrológicas y hasta satánicas. Observando el frondoso florecimiento de las más insensatas ideas y de los más increíbles cultos en los E.U.A., viene a la memoria la profecía del Apóstol Pablo acerca de los últimos tiempos: "El Espíritu claramente dice que en los últimos tiempos apostarán algunos de la fe, dando oídos al espíritu del error y a las enseñanzas de los demonios, embaucadores, hipócritas, de cauterizada conciencia... Evita las profanas y vanas parlerias, que fácilmente llevan a la impiedad, y cunden como gangrena... Pues vendrá el tiempo en que no aceptarán la sana doctrina, antes, deseosos de novedades, se amontonarán maestros conformes a sus pasiones y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a fábulas" (1 Tim. 4:1-2; 2 Tim. 2:16-19; 2 Tim. 4:3-4).

Largos años de la lucha contra la Iglesia y el cristianismo en Rusia, condujeron al surgimiento de las sectas agresivas y al desenfrenado crecimiento de nuevos cultos. A partir de 1989, en la prensa empezaron a aparecer informes, acerca de la penetración en Rusia y en los países de Europa oriental de los testigos de Jehová, mormones, teleevangelistas, los adeptos de Muna y otras sectas. Todas ellas tratan de aprovechar el estado de vacío espiritual que se ha creado en Rusia. No será cosa fácil resistirlas, porque disponen de enormes riquezas materiales, y de alta experiencia en la organización de propaganda de sus ideas antireligiosas.

Más detallada información acerca de las doctrinas, historia y actividades de diversas iglesias, sectas y modernas religiones, se pueden obtener de la organización Christian Research Institute, Post Office Box 5001 San Juan Capistrano, Ca. 926929 USA, tel. (714) 855-9926. Es particularmente valioso el libro "The Kingdom of the Cults" ("El Reino de los Cultos").

Herejías y sectas de Rusia

En su historia, Rusia Ortodoxa no ha evitado las corrientes heréticas, las cuales a menudo llegaban del Occidente, y a veces también manaban en su interior.

Una de las primeras sectas que irrumpió en Rusia desde Bulgaria era la de "bogomilo," según el nombre del monje Bogomil (siglo X). Esta secta enseña que Dios dio a luz dos hijos: Satanael y Logos; que Cristo es Logos nacido de la Virgen María (desde su oído). La secta rechazaba los sacramentos, exigía la vida ascética, etc. Hacia fines del siglo XIII, esta secta se ha difundido en toda Europa meridional, incluyendo España. No obstante las persecuciones, esta secta pudo preservar en Rusia su doctrina oculta hasta el siglo XVIII, cuando se degeneró en las sectas de flagelantes y eunucos.

Otra sociedad clandestina era la secta de los "judaizantes." Esta última secta apareció primero en el siglo XV en Nóvgorod y luego en Moscú. Es una combinación de judaísmo con racionalismo. La secta de los judaizantes negaba la naturaleza divina de Jesucristo, los iconos y los ritos. Ésta fue fundada por el judío Skharia, quien en 1470 llegó a Nóvgorod en la comitiva del príncipe Alejandro Olelkovích, como su médico de corte. La predicación de Skharia arrastró a muchos hombres de alta posición dentro del estado. Por ejemplo, uno de los dirigentes de la unión clandestina se hizo Feodor Kuritsin que trabajaba para el Ministeri de Relaciones Exteriores de aquella época, mientras que en la unión clandestina entraron también algunos familiares del gran príncipe. Pero en 1504 la secta fue declarada fuera de la ley, y sus partidarios partieron a la reclusión. Sin embargo, de la raíz remanente de la secta se ha formado una nueva secta, la de los sabatarios.

Los "sabatarios" aparecieron en el siglo XVIII; guardan el sábado y se apegan al Viejo Testamento. Algunos de ellos hasta practicaban la circuncisión conforme con la usanza hebraica. El emperador Nicolás I los deportó al Cáucaso.

Los viejos creyentes, abarcan varios grupos religiosos separados de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el siglo XVII. Este cisma comenzó con el desacuerdo de algunos hombres del clero, por la corrección de los libros del divino oficio, comenzada por el patriarca Nikon, alrededor del año 1655. Pero muy pronto este desacuerdo creció hasta el tamaño de un verdadero cisma, que arrastró a la mayoría de los adeptos de la vieja creencia. Al principio el movimiento de los viejos creyentes tenía por meta la norma de seguir antiguos ritos y costumbres rusas. En este caso, no existía ninguna herejía aparte de la desobediencia al poder eclesiástico. Al sublevarse contra las "innovaciones," los viejos creyentes comenzaron a rebelarse también contra el poder estatal. Empezaron a apartarse a las poco pobladas regiones del Norte, la cuenca de Volga y Siberia; asimismo emigraban a Polonia, Prusia, Rumania, Turquía y China.

Con el tiempo los viejos creyentes se han desintegrado en numerosas subdivisiones, o sea, grupos.

Algunos de éstos insisten en el uso de los libros antiguos y de los iconos en sus oficios de iglesia. Hay grupos de los viejos creyentes que se caracterizan por severas normas morales de la vida, y se distinguen de la población ortodoxa por sus ritos eclesiásticos y la desobediencia a la jerarquía de la iglesia. Los viejos creyentes se subdividen en dos agrupaciones grandes: con clero y sin clero, conforme con el hecho de si aceptaban o no a los sacerdotes que se convertían de la ortodoxia. Ambos grupos a su vez se subdividían en numerosos subgrupos, cuyas denominaciones fueron adoptadas con referencia a los apellidos de sus fundadores. Algunas ramas de los viejos creyentes que rechazaron el sacerdocio, se degeneraron en sectas.

A fines del siglo XVIII, cuando se tranquilizaron las pasiones relacionadas con la corrección de los libros litúrgicos, algunos ramales de viejos creyentes comenzaron a buscar de nuevo la aproximación a la Iglesia Ortodoxa Rusa. El Sínodo de la Iglesia Rusa en 1783, permitió a sus obispos consagrar a los sacerdotes para las parroquias amistosas de los viejos creyentes. Los viejos creyentes, que reconocieron la Iglesia Ortodoxa Rusa empezaron a llamarse "conformistas."

Después de pasar varios años, nuevos grupos de los viejos creyentes de Irguiz, Kazán, Petersburgo y Moscú entraron en unión con la Iglesia Ortodoxa Rusa, y comenzaron a aceptar sus sacerdotes. Estos grupos fueron denominados "correligionarios."

En la reunión episcopal de 1885, en la ciudad de Kazán, se estableció que "La Ortodoxia y la correligión constituyen una misma Iglesia." Algunas parroquias de viejos creyentes en los E.U.A., en la década de los años 1970, se unieron con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero.

A continuación se presentan brevemente algunas peculiaridades de las principales sectas que existían en Rusia:

Los "Macedonios" o los "Doukhobors" era una secta del origen cuáquero, que apareció al principio del siglo XVIII en la provincia de Kharkov. Debido a la falta de cultura de estos sectarios, resultó difícil formular su doctrina. No creen en la divinidad de Jesucristo; reconocen la reencarnación del alma; comprenden alegóricamente los conceptos de cielo e infierno; rechazan la jerarquía eclesiástica y los ritos; no reconocen el juramento y el cumplimiento del servicio militar.

Los "Molocanos" no reconocen los ritos y sacramentos de la Iglesia Ortodoxa; rechazan la veneración de los santos, y bajo servicio divino solo incluyen la lectura de la Sagrada Escritura y el canto de los salmos. Son contrarios a las diversiones, las borracheras, el tabaquismo y el uso de malas palabras. Anteriormente vivían en el Cáucaso, pero luego se mudaron a los E.U.A.

Los "Eunucos" establecen la posibilidad de la salvación por supresión física de la carne por castración. Esta secta apareció en Rusia en el siglo XVIII. No se sabe por qué los eunucos consideran como su fundador al apóstol San Mateo.

Los "Flagelantes" forman comunidades llamadas "naves," encabezadas por los "profetas, cristos, madres vírgenes y profetisas." No reconocen el clero, la Iglesia y los sacramentos. Creen en Cristo "creado," o sea que reconocen que cada uno puede transformarse en Cristo por medio del ascetismo. Sus celebraciones o "actos de celo," consisten en la lectura de la Sagrada Escritura y su interpretación, cantos, saltos, carreras, giros que hacen perder el conocimiento y delirios, que se toman por inspiraciones proféticas. La secta de los flagelantes es monstruosa y peligrosa.

Los "Pentateucos" creen en un solo Dios. Para ellos, el Pentateuco de Moisés representa libros básicos. Jesucristo no es Dios. La Iglesia es solamente una sociedad de los creyentes. Todo lo externo no es otra cosa que invenciones humanas y es digno de condenación. El templo es una cripta pagana; los iconos son ídolos; la Jerarquía son falsos maestros y los sacerdotes paganos. Los sacramentos son inexistentes. La comunión no es sino pan con vino. La penitencia es un autoengaño. Se precisa destruir los iconos y las cruces como si fuesen ídolos; los ayunos y el monaquismo deben anularse. Todos los hombres, no obstante, de las diferencias de la fe, son hijos iguales de Dios. No deben existir ni los poderes ni las guerras.

Uniatas en Rusia

En 1386 tuvo lugar "la unión personal (privada) entre Lituania y Polonia," cuando el príncipe lituano Yagailo se casó con la reina de Polonia Yadviga. Así comenzó la "polinización" y "catolización" de los nobles lituanos y lituano-rusos. Hasta mediados del siglo XVI esta cuestión fue muy aguda. Pero en 1569 ambos países se unieron definitivamente formando "Rzhech Pospolita," donde los polacos resultaron definitivamente predominantes. Kiev y Volyn fueron entregadas a Polonia. En 1596, los reyes polacos tenían la posibilidad de conformar el episcopado de la Iglesia Ortodoxa de Kiev con los obispos favorables para ellos. Luego tuvo lugar la "Unión de Brest," que entregaba oficialmente la población ucraniana a la unión, o sea, conjunción (enlace) con la iglesia Católica bajo las siguientes condiciones: Los cristianos de la confesión griega se unían con la iglesia de Roma reconociendo la primacía del Papa, pero preservando su propia organización interna eclesiástica y conservando el orden de los divinos servicios.

Los ortodoxos no pudieron conformarse con la decisión de la parte indigna de su episcopado, y por lo tanto comenzó la lucha por la fe y la nacionalidad. En esta lucha desempeñó un papel considerable el ejército de los cosacos. Desde el principio de las tentativas, por parte de los terratenientes polacos para subyugar a los cosacos, y cuando comenzó la persecución de la Iglesia Ortodoxa, tenían lugar las sublevaciones de los cosacos. La supresión de estas se acompañaba por tremendas crueldades.

En 1648, la sublevación armada de hetman Bogdan Khmelnitski contra Polonia, fue apoyada por la masa entera de la población ortodoxa de Rusia sudoccidental. La guerra resultó muy difícil, y el hetman ofreció a los cosacos la posibilidad de entregarse al dominio del zar Moscovita. El Rada general (consejo popular), reunido en la ciudad de Periyaslavl a los comienzos del año 1654, decidió unánimemente: "Tenemos deseo de unirnos con el zar ortodoxo de Moscú." Luego, el zar Aleksey Mikhailovich "aceptó la Pequeña Rusia (Ucrania) bajo su alta protección," dándole absoluta autonomía y preservó su ejército de cosacos.

Más tarde, cuando Polonia fue dominada por Rusia (reparticiones de Polonia: en 1773, 1793 y 1795), la mayor parte de los uniatas volvieron nuevamente al seno de la Iglesia Ortodoxa.

Para atraer la población ortodoxa al catolicismo, después de la revolución en Rusia, la iglesia Católica creó el "rito oriental." Aunque las celebraciones litúrgicas se efectúan conforme con el rito ortodoxo, la doctrina implicada es la católica. Después de la Segunda guerra mundial muchos emigrados rusos fueron seducidos por el "rito oriental," reforzado por bonificaciones y asistencia financiera. Sin llamar atención a la esencia de esta doctrina, ellos atraían astutamente la gente hacia el catolicismo por los divinos oficios, que eran idénticos a los de la religión ortodoxa rusa. En la actualidad el "Rito oriental" edita en idioma ruso numerosos libros de religión y prepara en Roma los contingentes del clero para la conversión del pueblo ruso al catolicismo.

Breve información

sobre otras religiones

El Judaísmo surgió de la religión del Antiguo Testamento del pueblo hebreo. Su principal característica consiste en no reconocer a Jesucristo como Mesías. El judaísmo está impregnado con ritualismo hasta las últimas menudencias, está henchido de reglas registradas y sin registrar, las cuales encadenan la actividad humana: establecen qué se puede y qué no se puede comer y beber, con quién se han de casar, cuándo se precisa trabajar, con quién se puede tener amistad y a quién habría que odiar. Cumpliendo con todo este ritualismo, ellos se reconocen justos y pertenecientes al "pueblo elegido." No se dedican al trabajo de misioneros, y reciben en su religión de mala gana a las personas que no son nacidas de una madre hebrea. La venganza del tipo "ojo por ojo," es un acto admisible con respecto a los que consideran culpables ante ellos. Algunos judíos siguen esperando la llegada de su "Mesías," el cual traerá gloria al pueblo hebreo. Los cristianos comparan a este venidero falso Mesías con el "anticristo," que deberá, conforme con las predicciones bíblicas, aparecer antes del fin del mundo, y encabezar la negación en masa de los integrantes del cristianismo.

Mahometismo (islamismo). El fundador de la religión mahometana era Mahoma, quien vivió durante la primera mitad del siglo VII en Arabia. El principal punto de esta religión es la fe en el Dios único (Alah), y el profeta Mahoma fundador del islamismo. Los musulmanes extrajeron parte de sus creencias de la Biblia. A Cristo lo veneran como a uno de los profetas, aunque inferior a Mahoma. Conforme con la doctrina de mahometismo, cada hombre ya tiene prevista su suerte desde su nacimiento.

Los principios de contención se discutían: cada uno puede hacer todo lo que le guste; no existe arrepentimiento por los pecados cometidos, ya que todos estos detalles están previstos con antelación. Todos los hombres que estén predestinados a ir al paraíso, irán. Matar a los infieles (los hombres pertenecientes a otras religiones) es laudable y se remunera con el paraíso. Dentro del mahometismo existen numerosas reglas inquebrantables, relacionadas con la abstinencia de vino y de otras bebidas alcohólicas; no comer carne de cerdo; vestir ropa apropiada; rezar 5 veces por día; la venganza se aprueba y aun entra en la tradición.

Budismo. El fundador de esta religión, Gautama Siddhartha, vivió en India (Nepal) en el siglo VII a.C. y fue llamado "Buda," lo que significa "iluminado." Una vez generado, el budismo se difundió en numerosos países del Oriente: India, Birmania, Tailandia, Tíbet, China y el Japón, Aunque el budismo no reconoce la existencia del Creador, cree en la eternidad de la materia y el cambio periódico de los fenómenos. El budismo enseña que el mundo, los sufrimientos y los placeres son "apariencias." Al negar la voluntad, el egoísmo y todas sus consecuencias, el hombre se sumerge en el "nirvana," o sea el estado de absoluta quietud anímica con la completa ausencia de deseos, pensamientos o palabras, es decir espera la inexistencia psíquica. Conforme con la doctrina de Buda la vida es un mal. El hombre debe tender a la inexistencia, el nirvana. La bienaventuranza se consigue abnegando de la voluntad propia, ascetismo, el abandono de la maldad y las malas inclinaciones, por el amor a todos y la prontitud para sacrificarse a favor de otros. La moral elevada, junto con el resultante dogma social, favorecía la difusión del budismo. Por otro lado, el budismo enseña que la muerte absoluta no existe, sino que después de la muerte las almas de los difuntos se trasladan de un hombre a otro o aun hacia animales. La enseñanza budista acerca del traslado de las almas (reencarnación) contradice a la doctrina cristiana, (la cual enseña que el alma en combinación con el cuerpo constituye la única naturaleza humana). En el momento de la muerte el alma se separa temporalmente de su cuerpo, para unirse luego con el mismo en el momento de la resurrección, ya para la eternidad.

He aquí algunas reglas del budismo: no destruir la vida, no engañar, no robar, no explotar, no forzar (no obligar) y no consumir bebidas que embriagan; sacrificar todo por el bien humano; ser sosegado y bien intencionado, vivir modestamente, no estar arrastrado por el lujo, no enojarse con nadie, no ofender a ningún ser humano, tratar de sembrar la paz por doquier, impedir las guerras y todo lo que tiende a destruir la vida. La doctrina del budismo no es idéntica en todos los países, ya que posee sus peculiaridades locales específicas. Se ha de mencionar que la doctrina de nirvana no favorece el desarrollo de las facultades en el hombre. El budismo es una religión pesimista, que invita a la aniquilación de la personalidad. Al negar la existencia de Dios, el budismo es una forma de ateísmo.

Ateísmo. El ateísmo es la negación de la existencia de Dios; la negación del poder razonable superior (supremo).

El ateísmo apareció en Europa Occidental en la Edad Media, aunque sólo hacia el siglo XIX se convirtió en una doctrina filosófica que no reconoce nada aparte de la materia.

Nota: Negando lo que no pueden concebir por la mente (en principio), los ateístas se olvidan que la mente humana creció y se desarrolló durante siglos. En efecto, los hombres de los siglos XIII y XIV v. gr. no sabían que la tierra es una esfera, y que la misma gira alrededor del sol, y no que el sol gira alrededor de la tierra. Apenas hace dos siglos los hombres no sabían nada de la electricidad, y no estaban en condiciones de imaginar la posibilidad del teléfono, televisores y muchos otros aparatos modernos. Las leyes de la mecánica cuántica son muy recientes. De la misma manera, lo que hoy día parece inexplicable e imposible, podrá ser comprensible o indudable. En la práctica los científicos descubren gradualmente las leyes de química, física, biología y cosmología, las cuales el Creador escondió en la naturaleza durante su creación. La verdadera ciencia moderna, se vuelve más modesta al descubrir que algunas preguntas fundamentales encuentran respuesta en explicaciones religiosas (por ejemplo, en la cuestión de la existencia temporaria y limitada del universo, en los problemas del desarrollo del mundo físico y animal, etc.).

En el siglo XX el ateísmo se apoderó de una serie de países grandes, y en la base de su falsa filosofía empezó a enseñar que el hombre es la cumbre de todo lo viviente, que no existe ninguna mente suprema, ni la voluntad superior ante la cual se ha de rendir cuenta por los actos realizados. Los ateístas creen que el hombre, individualmente, sin ninguna ayuda ajena, crea su vida y su felicidad. El ateísmo enseña a vivir sólo para sí mismo, querer solamente a su propia persona y buscar la realización de sus propios deseos. Conforme con sus principios, sólo es bueno lo que es provechoso. Para el ateísmo la religión es un invento; los intereses de la familia y de la sociedad retroceden a segundo plano. El hombre tiene derecho para matar, asaltar, ser desalmado, traicionero, ser falso y estafador, con tal que estos actos se perpetren para el bien del estado. Aquí no existen ningunas normas morales eternas, ni el concepto de pecado. El estado ateísta trata de convertir a todos sus ciudadanos en ejecutores automáticos de su voluntad.

Todas las religiones reconocen la existencia de un Ser supremo y eterno, omnisciente, benigno y justo, el Creador del mundo visible e invisible. El concepto religioso de Dios nace en el hombre muy temprano, y en realidad es innato para él al igual que los instintos, conciencia y otras características anímicas. Bajo condiciones normales de desenvolvimiento, el sentido religioso se desarrolla y se hace cada vez más fuerte, porque la propia naturaleza por su hermosura y extraordinaria organización atestigua acerca de la existencia del sabio y buen Creador. En ciertos momentos de su vida, el hombre hasta se digna a sentir la presencia de Dios en su alma, y ve Su divina luz. Cuanto más profundo es el conocimiento del hombre de la doctrina cristiana, tanto más se asegura el hombre de su beneficiosa influencia sobre él mismo, sobre su familia, el estado y hacia la sociedad entera.

El ateísmo es antinatural; es el producto de una educación pervertida y de la vida pecaminosa, relacionado con la existencia urbana. Los hombres no nacen como ateos, sino que pueden convertirse en ellos. Las ciudades grandes, con su ruido, vanidad y libertinaje, a menudo matan en el hombre todo lo que es santo y bueno. Sin embargo, el ateísta, después de perder a Dios, no puede estar sin ninguna creencia; empieza a creer en la materia, atribuyéndole propiedades maravillosas y hasta divinas, como p.ej. la eternidad, inmutabilidad y aun sabiduría. No reconociendo a Dios, en la práctica el ateísmo se convierte en la más represiva e intolerante religión. Mientras que la verdadera religión, tranquiliza y alegra al hombre, la incredulidad lo enfurece y le quita el equilibrio interior. Precisamente por eso los ateístas deben siempre odiar a alguien y perseguir a la gente. Los ejemplos de esta aseveración son muy frecuentes. Hasta las represiones de los herejes en la Edad Media parecen muy humanas, en comparación con la persecución de los creyentes y personas de ideología distinta en los países comunistas.

Por eso desde la antigüedad los filósofos se levantaban contra el ateísmo. Platón creyó que el ateísmo es fatal y destruye la moral. San Agustín decía que el ateísmo mina a cualquier estado. "El estado que no está fundado sobre la base de los mandamientos de Dios, no es otra cosa que el infierno sobre la tierra." Muchos años de poder del ateísmo en nuestra patria confirman estas palabras.

Conclusión

En nuestra breve descripción, tratamos de presentar un pantallazo general referente a las confesiones existentes actualmente y algunas religiones distintas. Naturalmente, se manifiesta como la más sublime y noble religión, la cristiana, con su doctrina de Dios único, adorado en la Santísima Trinidad, Quien ha creado el mundo y se ocupa de los hombres, Quien para salvarnos a nosotros pecadores envió a su Hijo unigénito; sobre la vida eterna; el amor hacia todos, aun hacia los enemigos.

Desgraciadamente, a mediados del siglo XI la iglesia católica romana se separó de la unidad de la Iglesia de Cristo. Las causas de esta separación, fueron las pretensiones de los obispos de Roma para tener primacía y la infalibilidad. Con el correr de tiempo, al introducir nuevos dogmas (acerca de la procedencia del Espíritu Santo, también del Hijo, la existencia del purgatorio y otros), la iglesia Católica romana perdió la pureza de su doctrina. El abuso de las indulgencias y las ambiciones de los pontífices romanos suscitaron en Europa el movimiento de protestantismo, del cual surgieron las sectas modernas: luteranos, bautistas, cuáqueros, mormones, pentecostales, adventistas y otras. El caos religioso creado por las mismas, preparó el terreno favorable para el surgimiento en nuestra época de muy diversos cultos, que evidentemente no tienen carácter cristiano. El Señor Jesucristo y sus apóstoles, ya predecían la aparición de falsos profetas y religiones extrañas antes del fin del mundo (véase el fascículo "Doctrina de la Sagrada Escritura acerca de la Iglesia").

Un hombre sin perjuicios, después de conocer la historia del cristianismo, no puede evitar de llegar a la conclusión, que solamente la Iglesia Ortodoxa asciende ininterrumpidamente hasta la Iglesia original de los primeros siglos, guardando su pureza de doctrina y la sucesión apostólica en gracia. El Señor no encargó a Su Iglesia la necesidad de idear una nueva doctrina, ni adaptarse a las costumbres mundanas, sino que ha encargado salvar a los hombres, con ayuda de la gracia recibida y el apoyo de la verdad. Transmitir estos tesoros a las venideras generaciones es la importante tarea de la Iglesia.

Antes de la revolución en Rusia, la Iglesia Ortodoxa Rusa, siendo una parte de la única Iglesia santa, conciliar (universal) y apostólica, era populosa y poderosa. Pero la unidad monolítica del pueblo Ruso y de la Iglesia Rusa, recibió grandes golpes de parte de diversas sectas, nihilismo, ideas revolucionarias occidentales y, finalmente, del militante ateísmo. Ahora llegó el tiempo oportuno para reconstruir lo demolido y curar las heridas recibidas.

La fe Ortodoxa enseña, que la vida debe construirse sobre la base del principio del amor cristiano. "Luego conocerán — dijo Cristo — que sois Mis discípulos cuando tendréis amor entre vosotros." En la vida privada, la Ortodoxia llama al hombre para que evite los pecados, a vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios y a perfeccionarse moralmente.

Nuestra fe en Dios no debe ser abstracta y teórica, pues la fe sin las obras es fe muerta. Reconocemos el enorme poder de la oración, la cual debe ocupar una posición trascendental en nuestra vida. Tenemos que rezar fervientemente al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, y a la Santísima Virgen María y los santos, como a los prontos auxiliadores e intercesores ante Dios. La Iglesia nos convoca a cuidar de la familia y el bienestar de la Nación, tratando de perfeccionar las facultades recibidas de Dios, inculcar en sí mismo la humildad, la aversión a la avaricia, y la compasión. Debemos perdonar a todos y no juzgar a nadie. Tenemos que desarrollar la tendencia hacia la vida eterna.

A lo largo de su camino terrenal, la Iglesia de Cristo, ora crecía numéricamente ora se reducía. Hubo períodos cuando sus enemigos cantaban victoria esperando que fueran sus últimos días. Pero por el poder de Cristo la Iglesia se recuperaba, como si se levantara del polvo, mientras que sus enemigos perecían. Cristo prometió a Su Iglesia que será invencible hasta el propio fin del mundo. Debemos recordar que, siendo hijos de la Iglesia Ortodoxa, participamos de la gran organización mundial. De hecho, no existe ni país ni sociedad mayor que la Iglesia, porque a ella no sólo pertenecen los creyentes ortodoxos que viven sobre la tierra, sino todas las personas rectas que han partido al otro mundo. En efecto, la Iglesia en su existencia celestial - terrenal crece continuamente y se hace cada vez más fuerte. Permaneciendo en el seno de la iglesia, nosotros, como pasajeros de una gran nave, no corremos peligro de naufragar.

Somos fuertes por nuestra fe en Dios Creador, omnipresente, omnipotente, omnisciente, sapientísimo y misericordioso Padre Celestial. Su voluntad es nuestra ley, la cual nos enseña cómo tenemos que vivir y desarrollar nuestras facultades. Nuestra meta es la vida bienaventurada en el Reino de la eterna Luz.

Oración por la salvación de la patria y

la conversión de los extraviados.

¡Señor Jesucristo Dios nuestro! Acepta de nosotros, indignos siervos Tuyos, esta diligente súplica, y perdónanos todos nuestros pecados. Acuérdate de todos nuestros enemigos que nos ofenden y nos odian; no les retribuyas según sus obras, sino por Tu gran misericordia conviértelos: los infieles a la fe veraz y piedad, y los fieles para que eviten el mal y hagan el bien. Libéranos misericordiosamente de cualquier mal, a todos nosotros y a Tu santa Iglesia con Tu omnipotencia. Salva nuestra patria de los feroces ateos, y líbranos de su poder. Y escucha la voz de Tus siervos fieles, que Te claman a Ti de día y de noche en su tribulación y angustia, muy misericordioso Dios nuestro. Y salva sus vidas de la perdición. Dales la paz y el sosiego, el amor y la aserción a los hombres Tuyos y la pronta conciliación entre los redimidos por Tu Purísima Sangre. Pero asimismo a los que Te han abandonado y no Te buscan comparece para que no se pierda ninguno de ellos, sino que se corrijan y se salven y que glorifiquemos todos nosotros Tu excelentísimo Nombre con unanimidad y la perfecta caridad, en la paciencia de alma y sin rencor, Señor, por los siglos de los siglos. Amén.

Go to the top

Missionary Leaflet # S44

Copyright © 2000 and Published by

Holy Protection Russian Orthodox Church

2049 Argyle Ave. Los Angeles, California 90068

Editor: Bishop Alexander (Mileant)

(sectas_2s.doc, 07-25-2000)