La Primitiva Iglesia

Su Organización

y

Tipo de Adoración

Escrito por Clark Carlton

Traducido por Daniel Gregorio Stepenberg

Contenido:

Introducción. Obispos y Presbíteros. El Nuevo Israel. La Carne de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

Introducción.

La copa de bendición que bendecimos, no es comunión en la sangre de Cristo.

Y el pan que partimos, no es comunión con el cuerpo de Cristo. A si, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, porque el pan es uno y todos participamos del mismo pan. (1Cor.10:16-17).

La razón porque diferentes sectas Cristianas, cada una con su propia forma de gobierno, reclaman la autoridad del Nuevo Testamento, es porque el Nuevo Testamento no detalla como organizar a la Iglesia o conducir sus oficios. Pero seria un grave error, en ese entonces, de concluir que la primitiva Iglesia no tenía organización o ritos especificados para la adoración. El Nuevo Testamento no detalla un tipo de gobierno eclesiástico porque la Iglesia ya estaba en existencia cuando se escribieron los libros del Nuevo Testamento. Las Epístolas no se escribieron como libros de instrucción.

Por eso, si queremos saber algo mas sobre la primitiva Iglesia tendremos que buscar mas aya que las Escrituras, hasta los documentos mas primitivos de la Iglesia, algo posterior al tiempo apostólico. No a decir que esos documentos son tan importantes como las Sagradas Escrituras. Su importancia consiste en que nos explica como los primeros Cristianos interpretaron la Biblia y, según a eso, llevaron sus vidas. De tal manera, estos documentos responden a las cuestiones sobre la vida de la Iglesia que nos presentan los protestantes.

Tratemos con cuatro escrituras de los siglos I y II: I Clemente, Las Cartas de San Ignacio de Antioquia, Las Apologías de San Justino el Filosofo y Contra Las Herejías de San Ireneo de Lyon.

I Clemente es una carta enviada por la Iglesia en Roma a la Iglesia en Corinto en el año 95 o 96. Aunque San Clemente no se nombra, se conoce como autor por la tradición de la Iglesia. San Ireneo, escribiendo en la segunda parte del siglo II, nos dice que Clemente era el tercer obispo de Roma y que personalmente conoció a los Santos Pedro y Pablo.

Su carta, entonces, sirve para conectar los tiempos apostólicos a los tiempos que siguieron.

En el año 107 tomaron preso a San Ignacio, Obispo de Antioquia, y lo trasladaron a Roma para su ejecución. Durante el viaje escribió cartas a varias Iglesias. De esas, tenemos siete, cuales nos dan conocimientos profundos de la vida de la Iglesia.

Las Apologías de San Justino el Filosofo son únicas porque no las escribió a sus hermanos Cristianos, sino al emperador pagano. En esas, le describe al emperador muy detalladamente sobre la vida de la Iglesia, con la intención de contrarrestar males impresiones que tenían los Romanos.

San Ireneo era el teólogo de mayor excelencia del siglo II. Su Trato Contra Herejías es una fuente de información. San Ireneo se conoce como el obispo de Lyon en Gaul (Francia), pero era de Asia Menor y conocía San Policarpo de Smyrna, que era el discípulo del Apóstol San Juan.

Estos documentos nos presentan con los principales oficios de la Iglesia:

Obispo, presbíteros, diáconos y el laico. El carácter de la Iglesia se basa en el Antiguo Testamento; mas, la forma de la Iglesia y su adoración estaban planteadas en la doctrina de la Encarnación, a decir, la creencia que el Verbo se hizo hombre para que el hombre pueda compartir en la vida de Dios. Veremos con lo siguiente la necesidad de tener una organización episcopal para entender a la Iglesia como una comunidad Eucarística.

Obispos y Presbíteros.

En el Nuevo Testamento, los términos obispo y presbítero intercambian. Esto se ve en una frase de Tito: "Te deje en Creta para que soluciones los problemas existentes y pusieras presbíteros en todas las ciudades, de acuerdo con mis instrucciones. Deben ser hombres intachables, casados una sola vez…Pues el obispo, siendo el encargado de la casa de Dios, debe ser irreprensible" (Tito 1:7).

Nuestros Apóstoles conocieron por parte de nuestro Señor Jesucristo que ara contienda sobre el titulo de Obispo. Por ese entonces, teniendo perfecto preconocimiento, nombraron a los individuos y dejaron provisión por la cual que si fracasen, otros aprobados los reemplazaran… Pero los presbíteros quien, de manera honesta y sagrada, ofrecieran los dones serán felices, porque nadie les quitara el puesto. (I Clemente 44) Para San Clemente el oficio de obispo se derive de los Apóstoles. El dice, "Predicaron (los Apóstoles) en ciudad y en pueblo, eligieron las primicias, luego los comprobaron con el Espirito (Santo) para que hallan obispos y diáconos dentro de los creyentes." Entonces, el concepto de sucesión Apostólica ya se conocía en el primer siglo.

San Ireneo dice, "Pero cuando nosotros los desafiamos (a los Gnósticos) en una apelación a nuestra tradición Apostólica, que esta preservada en la Iglesia por sucesión de presbíteros, entonces oponen la tradición, pensando a ellos mismos mas sabios, no solo de los presbíteros, sino también de los Apóstoles; y se piensan descubridores de una verdad pura… Esta tradición recibió la Iglesia por los Apóstoles y esta fe se a proclamada a todos hombres, y viene a nuestras manos por la sucesión de obispos." (Contra Herejías III 2:2, 3:2)

San Ignacio de Antioquia no intercambiaba obispo y presbítero. En sus Cartas dice plenamente que en cualquier Iglesia se encuentran un obispo, un concilio de presbíteros y los diáconos: "Todos ustedes sigan al obispo como Jesucristo siguió al Padre y los presbíteros como los Apóstolos, y los diáconos respeta los como ordenanzas de Dios. (Smyrnas 8).

Hay suficiente indicaciones que San Clemente pensaba así igual sobre la estructura de la Iglesia. En la siguiente carta a la Iglesia de Corinto, el apresura a los Corintos en que se sometan a los lideres designados. Habla de la orden de la Iglesia usando imágenes del Antiguo Testamento.

"Siendo estas cosas claramente evidentes, y que nos hemos fijada la vista hasta la profundidad de la sabiduría divina, tendremos que cumplir, en su propio orden, todas las cosas que el maestro nos mando a cumplir. Nos mando a celebrar las ofrendas y los servicios, no en manera desordenada, si no en horas fijas. El mismo fijo los lugares y las personas quien el desea, para que todo se cumpla piadosamente y sea aceptable a su voluntad. Entonces, ellos que ofrecen sus oblaciones en los tiempos designados estarán bendecidos porque siguen la ley del Señor y no pecan. Porque el sumo sacerdote recibe sus propias ordenes, y a los sacerdotes sus parajes se han determinado y a los Levitas se han impuesto sus obligaciones. El laico también esta ligado por las ordenanzas que les obligan."

Para San Clemente, la Iglesia tiene cuatro divisiones. El sumo sacerdote representa el obispo (la misma terminología se usa hoy en día en la Iglesia Ortodoxa). Los sacerdotes representan los presbíteros, y los Levitas a los diáconos. Se nota que San Clemente también nombra el papel de los laicos. La Iglesia surge de Israel, siendo una comunidad que venera. A decir, la estructura de la Iglesia esta relacionada directamente con la manera que ella venera a Dios. Este es un punto sumamente importante.

San Ireneo refiere a la sucesión de obispos en las varias Iglesias locales como argumento contra el reclamo de los Gnósticos; Ellos decían que los Apóstolos les habían entregado una sabiduría secreta. Pero San Ireneo claramente nombra solo una sucesión, y usa las cartas de San Clemente para apoyar a sus palabras. "Los benditos Apóstoles fundaron la Iglesia y la entregaron a Lino por el oficio del obispado. Pablo lo nombra a Lino en su Epístola a Timoteo. Después siguió Anacletus. Después de el, Clemente tomo el obispado.

Este hombre, como vio a los Apóstolos, les hablo, se puede decir que todavía escuchaba el eco de sus predicaciones; y la tradición la tenia a mano. Y no estaba solo. En esos tiempos todavía vivían muchos que recibieron enseñanzas directamente de los Apóstoles. Durante el tiempo de Clemente vino discordia dentro de los hermanos en Corinto. La Iglesia de Roma había despachado una fuerte carta a los Corintos… Después de Clemente lo sucedió Evaristo, después siguió Alexander y, sexto de los Apóstoles, se nombro Sixto. Luego Teleforus, gloriosamente martirizado. Luego Hyginius, luego Pius, luego Aniceto. Después que Soto sucedió a Aniceto, vino Eleuterio y en el duodécimo lugar de los Apóstolos hereda el episcopado. En este orden, y por esta sucesión, la tradición eclesiástica de los apóstoles y la predicación de la verdad, nos ha venido. Esto abundantemente comprueba que hay solo una fe vivificadora, que sea preservada en la Iglesia hasta ahora, trasmitida en verdad." (Contra las Herejías, III-3:3)

San Clemente, como San Ireneo, como San Ignacio, conoce solo un obispo en la Iglesia a la vez. Ahora nos fijemos a San Justino el Filosofo en su Primer Apología describiendo la celebración Eucarística al emperador,

"En el día, nombrado Día Domini, hay una asamblea de la gente de los pueblos y de los campos. Se leen las narrativas de los Apóstolos o las escrituras de los profetas, tanto como el tiempo permite. Cuando termina el lector, el presidente da un discurso advirtiendo y exhortando a imitar esos excelentes ejemplos. Luego, nos paramos todos a orar. En conclusión se trae pan, vino y agua y el presidente ofrece oraciones y gracias (la Eucaristía) y la gente aprueba con Amen."

El líder de las devociones se llama presidente. Esto es sumamente importante. En una asamblea solo puede ver un presidente. Así, precisamente la esencia Eucarística de la Iglesia determina la estructura del suministro. Escribe John Meyendorf,

"Es la asamblea Eucarística, que se junta todas las semanas en el Día del Señor, que forma la Iglesia. Si la Eucaristía es la actualización de la Ultima Sena, alguien tiene que ocupar el asiento del Señor y pronunciar las palabras que el mando a decir a sus discípulos. También la Eucaristía era la participación de la asamblea en el banquete Mesiánico del Reino, como lo vio el autor del Apocalipsis, "un trono colocado en el cielo, ya alguien sentado en el trono…veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos" (presbíteroi; Apocalipsis 4:2-4).

San Ignacio también habla del lugar del obispo de la Iglesia en términos de la Eucaristía,

"Cuídense a tener la Eucaristía. Por que hay una Carne de Nuestro Señor Jesucristo, y una tasa de su Sangre que los une; un santuario, como hay un obispo, junto con los presbíteros y los diáconos. Así, todos sus hechos se cumplen de acuerdo con la voluntad de Dios (Filadelfios 4)

"No permitirán a nadie menos el obispo, hacer nada de lo que pertenece a la Iglesia. Consideren valido el Eucaristo ofrecido por la mano del obispo o su delegado. Donde aparece el obispo será donde vendrá la gente. Tanto como donde esta Jesucristo, ahí esta la Iglesia católica." (Smyrnas 8)

Este es el primer uso de la palabra ‘católica’ como un adjetivo modificando la Iglesia. La palabra ‘católica’ no significa principalmente el sentido ‘universal’, sino ‘entera’. Iglesia católica, entonces, quiere decir Iglesia entera, faltando nada. Los primeros Padres de la Iglesia apuntan que la estructura eclesiástica de la primitiva Iglesia era relacionada directamente con su identidad como comunidad Eucarística. La Iglesia exhibe su máxima definición cuando rodea la mesa del Señor.

El Nuevo Israel.

El Cristianismo no salto del vacío. Jesucristo no fundió una nueva religión. Los primeros Cristianos eran Judíos; y desde el principio vieron a la Iglesia como el Nuevo Israel. No hay ninguna duda que el Judaísmo es una religión litúrgica. Sin embargo, la mayoría de los protestantes faltan en entender la conexión litúrgica dentro el Antiguo y Nuevo Israel.

Hay evidencia, en el mismo Nuevo Testamento, que los Apóstoles, en sus devociones, seguían una liturgia Judía. Pues, mas significativo es el hecho que la misma literatura gentílica que estamos examinando afirma que la adoración Cristiana esta basada en modelos Judíos.

En el siglo I, los judíos rezaban en horas determinadas, y ayunaban los lunes y jueves. El Didache ordena a cristianos a diferenciarse a los judíos cuando rezan y ayunan. (Hasta hoy en día, la Iglesia Ortodoxa ayuna los miércoles y jueves.) Sobre la Eucaristía dice el Didache,

"En el Día del Señor júntense, comparten pan y, luego de haber confesado sus transgresiones, ofrezcan la Eucaristía. Pero los que tendrán pendencias, que se pongan de acuerdo, para que su ofrenda no sea profanada. De esto hablo el Señor: En cada lugar, y a cada momento ofrézcanme un sacrificio puro, porque soy un grandísimo Rey, dice el Señor, y Mi nombre es grande entre las naciones."

La Eucaristía es la ofrenda. Estos cristianos gentiles entendieron sus devociones como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. Según la Ley de Moisés se ofrecían los sacrificios solo en el templo en Jerusalén y solo por los sacerdotes de la línea de Aarón. Sin embargo, la Iglesia Cristiana, el Nuevo Israel, puede ofrecer la ofrenda pura en cada lugar.

Que no se de a entender de ninguna manera que estos cristianos practicaban ritos Judíos. Comenta San Ignacio, "Es monstruoso de hablar de Jesucristo y también practicar Judaísmo" (Magnesians 10:3). Las adoraciones eran cristianas, pero se basaban sobre modelos Judíos. Se a puesto de moda en ciertos grupos evangélicos de celebrar la Pascua Judía. Por punto de vista de la primitiva Iglesia, esto será un acto de apostasía. Solo Cristo es la Pascua.

San Ireneo es muy claro. El también interpreta Malaquias 1-10:11 como una profecía de veneración Cristiana: "El consejo sus discípulos a ofrecer a Dios las primacías de Sus criaturas, no porque a El le hacia falta, si no para que ellos expresen su agradecimiento. Esto lo hizo cuando tomo el pan, un ente creado, lo bendició, y dijo este es mi Cuerpo. Asimismo, la copa de vino, perteneciendo a la creación, como nosotros, declaro ser Su Sangre, y lo explico como la nueva oblación del Nuevo Testamento. La Iglesia recibe esta oblación de los Apóstoles y por todas partes del mundo la ofrece a Dios, quien nos provee para nuestra alimentación las primacías de Sus dones en el Nuevo Testamento. Como predico Malaquias: No aceptara las ofrendas de tus manos…en todo lugar se presenta a mi Nombre un sacrificio de incensio y una ofrenda pura, porque mi Nombre es grande entre las naciones... "Su clara intención es en decir que la gente antaña dejaran de ofrecer a Dios; pero en cada lugar dentro de los gentiles se ofrecerá una ofrenda pura, y Su Nombre será glorificado" (Contra las Herejías IV-17:4).

Hablando de la diferencia entre cristianos y judíos dice,

"Hay oblaciones ahí, y oblaciones aquí; sacrificios dentro del "Pueblo Elegido," y sacrificios en la Iglesia. Solo se a cambiado la característica del sacrificio; porque ahora se ofrece no por siervos, sino por hijos. Dios es único, pero una manera de ofrecer es adecuada para sirvientes y otra apropiada para hijos.

Por medio de la oblación, se muestra una seña de la libertad" (IV-18:2).

En su Apología, San Justino describe el servicio de la Iglesia en el siglo II. Dice que tiene dos partes. En una se leen las Sagradas Escrituras y se explican en el sermón. La primera parte se conoce como la liturgia de la Palabra. Esto es una forma común tanto dentro los Protestantes como dentro la sinagoga primitiva. En una segunda parte, la primitiva Iglesia, como la Iglesia Ortodoxa de hoy en día, ofrece la Eucaristía. Y esta segunda parte sigue el modelo del templo en Jerusalén; cual era, anteriormente, el único sitio donde estaban autorizados los sacrificios. Y estos documentos que estamos estudiando, verifican que los primitivos cristianos veían sus veneraciones como sacrificios. Pero al Evangélico de hoy se le enseña que la Obra de Cristo fue obra final, sin repetición. ¿Como se entendería este punto según a la primitiva Iglesia?

 

La Carne de Nuestro Señor Jesucristo.

Cuando San Juan Bautista encontró por primera vez a Cristo dijo, "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Este tema resuena en el Apocalipsis. Juan ve el Cordero sobre el trono, y los Ángeles y ancianos cantan, "Digno es el Cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza" (Revelaciones 5:12).

San Pablo escribe en la Carta a Corintos, que Cristo es la Pascua sacrificado por nosotros. Y en la Carta a los Hebreos dice, "Los sacerdotes están de servicio diariamente para cumplir su oficio, ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca tiene el poder de quitar los pecados. Cristo, por lo contrario, ofreció por los pecados un único y definitivo sacrificio y se sentó a la derecha de Dios" (Hebreos 10: 11-13).

Entonces, el sacrificio de Jesucristo es único y no se repite. Para el Protestantismo la Cruz de Cristo se limita a un momento histórico, que solo se puede conmemorar. Pero la primitiva Iglesia lo entendió de otra manera. Dice el autor J.G. Davies, "La Eucaristía es la comida de un sacrificio, en el sentido que comparte del sacrificio de Cristo. Esto es implícito en las palabras, Hagan esto en memoria de mí. Del punto de vista bíblico, el sentido es de revivir ese mismo momento. La ofrenda de la Eucaristía es la misma ofrenda de Cristo" (The Early Christian Church, Baker Book House, 1980, p. 62).

La Eucaristía es una participación activa, hoy en día, del mismo sacrificio en Gólgota. No es una conmemoración, sino una Comunión con Cristo.

En sus Cartas, San Ignacio se ocupo muchísimo para contradecir las aserciones de los Docetistas, quien mantuvieron que el Verbo se había manifestado solo en apariencia y no en carne viva. Esta gente se consideraban ellos mismos más espirituales que los demás y no participaban en las adoraciones de la Iglesia. Dice San Ignacio, "No participan en la Eucaristía, ni en las oraciones, porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Redentor Jesucristo, El, quien sufrió por nuestros pecados, El, quien el Padre, por su bondad, resucito y subió a los cielos" (Smyrnas 7).

También San Justo es explicito sobre este tema: "Este alimento llamamos Eucaristía. Solo se permite repartir entre ellos que creen la verdad de lo que predicamos; y ellos quien están lavados con el lavado que remite los pecados y que renueva (el Bautismo) y que viven la vida que Cristo nos prescribió. Porque el pan que recibimos no es pan común. Y la bebida no es bebida común.

Nos han enseñados que así como el Verbo de Dios se encarno por nuestra salvación, esta comida, sobra la cual se a dado gracias con la palabra del Señor se a transformado en la carne y sangre de ese mismo Jesús, y esta comida, así transformada, nos da alimento a nuestros cuerpos."

Los Gnósticos enseñaban que el Dios del Antiguo Testamento y el Dios de Cristo eran distintos. Además, ellos despreciaban la creación, diciendo que materia no podría transmitir el espíritu. Contra estas opiniones escribe San Ireneo,

"Somos Sus miembros y estamos alimentados por Su creación. El mismo provee Su creación a nosotros,… haciendo salir el sol y mandando la lluvia como es Su Voluntad. Entonces, la bebida que es parte de Su creación, El declaro Su propia Sangre, y de esta manera enriquece nuestra sangre. El pan, también de Su creación, El afirma como Su Cuerpo, y de esta manera alimenta a nuestros cuerpos. En cuando la copa que el hombre mezcla y el pan que el hombre hace, reciben la Palabra de Dios, la Eucaristía se convierte en el Cuerpo de Cristo;

y por medio de esos elementos, la sustancia de nuestra carne recibe alimentación y sostenimiento. ¿Como, entonces, pueden alegar que la carne es incapaz de recibir el don de Dios, que es la vida eterna, si a caso no ven que la carne se alimenta con la Carne y la Sangre del Señor y se hace miembro de Su Cuerpo?" (Contra la Herejías V: 2, 3).

"Nuestra opinión es en conformidad con la Eucaristía y la Eucaristía esta en conformidad con nuestra opinión. Ofrecemos a El lo que le pertenece a El, proclamando la comunión y la unidad de carne y espíritu. Como el pan, que viene de la tierra, recibe la invocación de Dios, y entonces no es mas pan común sino la Eucaristía, consiste de una cosa terrestre y otra cosa celeste; también nuestros cuerpos, después de tomar la Eucaristía, no son mas corruptibles teniendo la esperanza de la eterna resurrección" (IV-18:5).

Dice San Ireneo que su teología y la vida de la Iglesia están conformes uno con el otro. La Iglesia afirma la veracidad de su teología.

¿Cuál será el resultado si obligamos a los Evangélicos a demostrar la continuidad dentro su teología y su manera de venerar? Si la primitiva Iglesia creía que Cristo esta verdaderamente presente en la Eucaristía, y que esto es parte de la doctrina de la Encarnación; ¿entonces, cual será la lógica del punto de vista Zwinglian que dice que la Eucaristía no es el Cuerpo y Sangre de Cristo? Indudablemente es difícil para que los Evangélicos entiendan porque los Santos Padres de la primitiva Iglesia pusieron tanto énfasis sobre la tradición. Hoy en día se acostumbra de hacer cosa "X" porque se cree en cosa "Y." Pero San Ireneo, como los otros Santos Padres, dice el inverso. Creemos en "Y" porque hacemos "X."

Dice San Ireneo, "También nuestros cuerpos, después de tomar la Eucaristía, no son mas corruptibles teniendo la esperanza de la eterna resurrección." Para el y los otros Santos Padres del siglo II, también como los Cristianos Ortodoxos de hoy, la Eucaristía es una Comunión genuina con Cristo. Es nuestra participación en Su divina humanidad. Las Sagradas Escrituras son testigo a Cristo, y la Iglesia es vida en Cristo.

San Ignacio escribe, "Escucho a ciertas personas decir, ‘Sino lo encontramos en los archivos, no lo creemos en el Evangelio’. Cuando les contesto, ‘Está en las Sagradas Escrituras’, responden, ‘Todavía hace falta comprobarlo’. Pero, para mí, Jesucristo es el archivo. Los archivos inviolables son Su Cruz, Muerte, y Resurrección y fe en El" (Filadelfios 8).

Según a los San Ignacio y San Ireneo, ellos interpretan las Sagradas Escrituras correctamente, no porque son más inteligentes, sino porque en la Iglesia tienen verdadera unión en Cristo.

La Iglesia no es una asamblea voluntaria de individuos con ciertas creencias en común. La Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, Su presencia actual en el mundo.

 

Esta artículo es una selección traducida del libro The Way: What Every Protestant Should Know About the Orthodox Church por Clark Carlton.

 

 

Folleto Misionero # S43d

Copyright © 2003 Holy Trinity Orthodox Mission

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Editor: Obispo Alejandro (Mileant)

 

(worship_early_church_s.doc, 11-25-2003).

 

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