Selectas Vidas

de Santos

Parte 1

Enero—Febrero

 

Obispo Alejandro Mileant.

Traducido por Víctor Gruszczuk / Irina Stoyanow

Revisado por Débora Bettendorff

 

Contenido:

La veneración de los Santos.

Enero:

San Basilio Magno (El Grande). Santa Mártir Tatiana. Santa Equiapostólica Nina Cristianizadora de los Georgianos. Mártir Leonilla. San Antonio el Grande. Los Santos Mártires Inna, Pinna y Rimma. Venerado Máximo el Confesor. Venerado Gennadio. Santa Xenia de Roma. Bienaventurada Xenia de Petersburgo. San Gregorio Nacianceno el Teólogo. San Juan Crisóstomo. San Nikita Arzobispo de Novgorod.

Febrero:

San Simeón y la Profetisa Ana. Mega Mártir Teodoro. Mártires Valentina, Paola y Ennafa. Venerado Vsevolod. San Alexis Metropolita de Moscu. Los Santos Martiniano, Zoe y Svetlana (Fotinia). Mega Mártir Teodoro de Amasea-Tiro. San León Magno, Papa de Roma. Venerables Marina y Kira.

Indice de Santos

 

 

La veneración de los Santos

Durante el bautismo, la persona recibe un nombre en honor de algún santo, el cual, desde este momento se convierte en su protector celestial. La persona ortodoxa debe conocer la vida de su santo y orarle diariamente para que él lo instruya en la vida y le ayude. El día del santo se celebraba por nuestros antecesores por medio de la Santa Comunión; este día se festejaba con más solemnidad que el día de cumpleaños.

¿Cuál es el sentido en la ortodoxia de venerar a los santos de Dios? ¿Acaso los santos en el Cielo están enterados sobre nuestras necesidades y dificultades aquí en la tierra y están realmente ellos interesados en nuestras vidas? ¿Escuchan ellos nuestras oraciones y tratan ellos de ayudarnos? ¿Existe realmente la necesidad de dirigirnos a ellos, o es suficiente rezar a Dios? Debido a que los sectarios han perdido la tradición apostólica, ellos no entienden el significado de la misión de la Iglesia de Jesucristo y por esta razón rechazan la necesidad de rezar a los santos en el Cielo. Trataremos de explicar en breve forma la enseñanza de la Iglesia sobre este tema.

La enseñanza ortodoxa sobre la veneración de los santos deriva de la deducción que todos aquellos que todavía se encuentran en el proceso de salvación o aquellos que ya están salvados, o sea, los vivos y muertos, todos ellos componen una familia unida en Dios. La Iglesia es una gran sociedad que abarca el mundo visible e invisible. Es una enorme organización universal, construida sobre un cimiento de amor, donde cada uno de nosotros debe preocuparse no sólo de sí mismo, sino también del bienestar y salvación de los demás. Los santos son aquellas personas que durante sus vidas terrenales manifestaban más amor al prójimo que los demás.

Nosotros, siendo ortodoxos, creemos que en el momento de la muerte la persona virtuosa no interrumpe el contacto con la Iglesia, pero asciende a un nivel celestial muy alto, donde reina la Iglesia Triunfante. Una vez encontrándose en el mundo espiritual, el alma de la persona virtuosa no deja de pensar, desear y sentir, y estas cualidades se manifiestan en una forma más profunda y perfecta.

La gente no ortodoxa, habiendo perdido la vívida relación con la Iglesia terrenal y Celestial, tiene un concepto muy turbio y contradictorio con respecto a la vida de ultratumba. Algunos de ellos piensan que después de la muerte, el alma de la persona entra en un estado de adormecimiento, como si se desconectara de todo que lo rodea; otros piensan que el alma de la persona, aunque sigue siendo activa después de la muerte, pierde todo el interés al mundo terrenal que ella abandonó. Otros dicen que a los santos no se les debe rezar por la razón de que los cristianos deben tener una relación directa con Dios.

¿Cuál es la enseñanza de las Santas Escrituras con respecto a los virtuosos que dejaron este mundo terrenal y sobre la fuerza de sus oraciones? En los tiempos de los apóstoles la Iglesia se percibía como una familia espiritual —la Iglesia terrenal y la Iglesia Celestial. El apóstol Pablo se dirigía a los cristianos neófitos en la siguiente forma: "Mas os habéis llegado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, y a la compañía de muchos millares de ángeles, y a la congregación de los primogénitos que están alistados en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos perfectos" (Hebr. 12:22-23). En otras palabras, ustedes, convirtiéndose en cristianos, se reunieron a esta gran familia y entraron en una íntima relación espiritual con el mundo del Cielo y los virtuosos que se encuentran allí. Las palabras de despedida del apóstol Pedro a los cristianos de Asia Menor eran: "También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas" (2 Pedro 1:15); claramente testifica por medio de esta promesa que él continuará preocupándose de ellos desde aquel mundo espiritual.

La antigua práctica de dirigirse a los santos mártires y a todos los santos para que ellos nos ayuden por medio de la fuerza de la oración se estableció sobre una consciente y vívida relación con el mundo Celestial y terrenal de la Iglesia.

No a todos, pero a los más fervientes y virtuosos, aún en esta vida terrenal, Dios los caracteriza como a "Sus amigos," glorificándolos por medio de los dones del Espíritu Santo y los milagros. De la misma forma Jesucristo se dirigió a los apóstoles en la Última Cena: "Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho saber" (Juan 15:14-15; Mat. 12:50). La santa historia nos ofrece una vasta cantidad de ejemplos de la cercanía espiritual, "la oración de los santos a Dios." Así, por ejemplo, Abraham pidió a Dios que Él tenga misericordia para la gente de Sodoma y Gomorra, y Dios estaba listo para cumplir su pedido, si por lo menos hubiesen existido diez virtuosos en esas ciudades (Gen. 18:16). Otra vez fue cuando Dios anuló el castigo a Abimelec, el rey de Gerar, por las oraciones de Abraham (Gen. cap. 20). La Biblia narra que Dios hablaba con el profeta Moisés cara a cara, "como un hombre que habla con su amigo." Cuando María, la hermana de Moisés, cometió un pecado y fue castigada por la lepra, Moisés rogó a Dios del perdón para ella (Éxodo 33:11; Núm. Cap. 12). Se puede también presentar otros ejemplos sobre la fuerza de la oración de los santos de Dios.

Los santos no impiden y no debilitan en la gente la necesidad de rezar directamente a Dios, nuestro Padre Celestial. Como sabemos, los abuelos no disminuyen la autoridad de los padres sobre sus niños cuando tratan de ayudarles a educarlos. Mas nada alegra tanto a los padres que observar a los hermanos mayores preocuparse de la crianza de los menores. De la misma forma nuestro Padre Celestial se alegra cuando los santos rezan por nosotros y tratan de ayudarnos. Los Santos poseen una fe más fuerte que la nuestra y se encuentran cerca de Dios, debido a la pureza, que ellos con sacrificio obtuvieron aquí en la tierra. Por esta razón es muy importante que nos dirijamos a los santos como a nuestros hermanos mayores, que rezan por nosotros al lado del trono de Dios.

Todavía en la tierra, los santos veían y sabían todo aquello que para la gente común estaba oculto. Especialmente estos dones tienen que ser muy bien conocidos por ellos en el momento cuando se liberan del cuerpo físico y pasan al mundo espiritual más elevado. Por ejemplo, el apóstol Pedro pudo ver lo que sucedía en el corazón de Ananías; a Eliseo se le abrió la mala acción de Gizeo y, lo que es asombroso, que también se le abrieron todas las intenciones secretas de la corte del rey de Siria, las cuales él comunicó al rey de Israel. Algunos de los santos, a los cuales se les manifestaba en espíritu el mundo Celestial, veían muchedumbre de ángeles, otros eran dignos de contemplar la imagen de Dios (Isaías, Ezequiel); otros eran elevados hasta el tercer Cielo, y escuchaban misteriosas palabras, el sentido de las cuales no podía ser descrito, como en el caso del apóstol Paulo. Con más razón, estando presentes en el Cielo, ellos tienen la capacidad de saber todo lo que sucede aquí en la tierra y escuchar a todos aquellos que se dirigen a ellos, debido a que los santos en el Cielo se "igualan a los ángeles" (Hechos 5:3; 2 Reyes, cap. 4; 2 Reyes 6:12; Lucas 20:36). Por medio de la parábola del Señor sobre el "Rico y Lázaro," nosotros nos enteramos que Abraham, encontrándose en el Cielo, podía escuchar el llanto del rico que sufría en el infierno, a pesar del enorme precipicio que los separaba. Las palabras de Abraham: "tus hermanos tienen a Moisés y a los profetas, óiganlos," claramente nos informan que Abraham conoce la vida de la gente hebrea; los últimos aparecieron recién después de su muerte; también conoce a Moisés y sus leyes, sabe sobre los profetas y sus escrituras. Los ojos espirituales de los puros en el Cielo, indudablemente son más amplios que eran aquí en la tierra. El apóstol escribe: "Ahora vemos por espejo, en oscuridad; mas entonces veremos cara a cara: ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido" (1 Cor. 13:12).

La cercanía de los santos al Trono de Dios y sus oraciones por los fieles que están en la tierra podemos verla en el libro de Revelación en el cual el apóstol Juan escribe: "Y miré, y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones de millones" (Rev. 5:11). A continuación él describe las visiones de los jinetes, la gente que está rezando en el Cielo, los que sufren en la tierra: "Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y el humo del incienso subió de la mano del ángel delante de Dios, con las oraciones de los santos" (8:3-4).

¡Es muy grande la fuerza de la oración! "Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho" (Sant. 5:16), instruía el apóstol Santiago. La oración por el prójimo es una expresión de amor hacia él; y los santos en el Cielo, orando por nosotros, nos manifiestan su amor de hermandad y preocupación.

En el Evangelio y otros libros del Nuevo Testamento encontramos muchos casos que testifican la fuerza de la oración por la demás gente. Así, por ejemplo, por el pedido del oficial del rey, el Señor curó a su hijo (Juan 4:46-53); por la súplica de la mujer cananea su hija fue liberada del demonio (Mat. 15:21-23); por el pedido del padre, el Señor curó a su hijo poseído (Marc. 9:17-25); por el pedido de los amigos, curó y perdonó al paralítico, que ellos bajaron del techo con su lecho de enfermo (Marc. 2:2-25); por la fe del centurión romano fue curado su siervo (Mat. 8:5-13). Además, la mayoría de las curaciones milagrosas del Señor, Él las realizaba a distancia, estando lejos.

Si las oraciones de la gente común tienen tanta fuerza, con más razón son las oraciones ardientes de los santos que presencian el Trono de Dios. "Y ésta es la confianza que tenemos en Él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye" (1 Juan 5:14), nos escribe Juan, el apóstol muy querido por el Señor.

Ésta es la razón por la cual la Iglesia de los tiempos más antiguos en sus enseñanzas siempre hablaba a los fieles sobre la utilidad espiritual de la oración a los santos. Esto se puede ver por medio de las liturgias antiguas y monumentos literarios. En la liturgia del apóstol Santiago nosotros leemos: "En especial conmemoramos la Santa, Gloriosa y siempre Virgen María, Bendita Madre de Dios. Recuérdate de ella Dios, y por Sus puras y santas oraciones ten misericordia y piedad de nosotros." San Cirilo de Jerusalén, explicando la liturgia de la Iglesia de Jerusalén, dice: "Luego conmemoramos en la liturgia por el reposo en primer lugar: los patriarcas, profetas, apóstoles, mártires, para que por medio de sus plegarias, Dios reciba nuestras oraciones."

Existe una vasta cantidad de testimonios de los padres y maestros de la Iglesia, especialmente desde el cuarto siglo, sobre la veneración de los santos por la Iglesia. Pero ya desde el principio del segundo siglo, existen testimonios literarios sobre el antiguo cristianismo donde directamente se indica la fe y la oración de los santos en el Cielo por sus hermanos aquí en la tierra. Los testigos de la muerte del mártir San Ignacio el beato (principio del segundo siglo) dicen: "Volviendo a nuestros hogares llenos de lágrimas, nosotros celebramos la vigilia nocturna. Luego, después de haber dormido brevemente, unos de los nuestros de repente vieron aparecer a San Ignacio, el beato, y abrazarnos. Otros lo vieron rezando por nosotros." Otras escrituras semejantes a ésta, en las cuales se menciona la oración y ayuda de los mártires por nosotros, existen en otros relatos sobre la época de las persecuciones de los cristianos.

La convicción de la santidad del difunto se confirma particularmente por medio de los siguientes testimonios: martirio por Jesucristo, la intrépida manifestación de la fe, el abnegado servicio a la Iglesia, el don de curar. En especial, cuando Dios confirma la santidad del difunto por medio de los milagros después de su muerte mediante su conmemorada oración.

Aparte de ayudarnos mediante la oración, los santos nos ayudan a conseguir la salvación por medio del ejemplo de sus vidas. El conocimiento de las vidas de los santos enriquece al cristiano con la experiencia espiritual, debido a que ellos con más fervor personificaban el Evangelio en sus vidas. Existen muchos ejemplos de la vívida fe, coraje, perseverancia y paciencia. Siendo gente igual que nosotros, y habiendo superado las más intensas tentaciones, ellos nos inspiran para que con paciencia y sumisión sigamos nuestro camino hacia la salvación.

El apóstol Santiago llamaba a los cristianos para que ellos imiten con paciencia a los profetas antiguos y a Job el Mártir, para recibir una fuerte fe como el profeta Elías. El apóstol Pedro instruye a las mujeres cristianas a tomar el ejemplo de humildad y obediencia de Sara, la esposa de Abraham. San Paulo indica unos ejemplos de los sacrificios de los puros en la antigüedad, comenzando de Abel y terminando con los mártires de Macabeo, tratando de convencer a los cristianos para que ellos los imiten y concluyendo estas instrucciones con las siguientes palabras: "Por tanto nosotros también, teniendo en derredor nuestro una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos con paciencia la carrera que nos es propuesta" (Hebr. 12:1; 1 Pedro 3:6; Sant. Cap. 5).

El Señor dice: "Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat. 5:15-16). Los santos son aquellas estrellas luminosas que nos indican el camino hacia el Reino de los Cielos.

Apreciaremos entonces la cercanía entre Dios y los santos y nos dirigiremos a ellos para que ellos nos ayuden, siempre recordando que ellos nos quieren y se preocupan de nuestra salvación. El conocimiento de la vida de los santos en nuestros tiempos es muy importante, especialmente cuando existen tantas orientaciones cristianas y el verdadero e ideal concepto cristiano es disminuido y tergiversado.

 

 

San Basilio Magno (El Grande).

14 de enero (1ro. de enero según el calendario de la Iglesia) (C.I. en adelante).

San Basilio, El Grande, arzobispo de Cesarea de Capadocia, recibió su educación primaria en una familia muy piadosa. Su abuela, su hermana, su madre y su hermano fueron canonizados. Su padre era profesor de elocuencia y abogado. Al terminar sus estudios en Cesarea, Basilio estudió en famosas escuelas de Atenas. Al regresar a su patria fue bautizado y fue asignado al clero como lector. Después, durante mucho tiempo él vive con los ermitaños en Siria, Mesopotamia, Palestina y Egipto. La vida en el desierto le agradaba a Basilio. Él encontró un lugar donde instaló su refugio. Con él estaba su amigo de la infancia San Gregorio (El Teólogo). El arzobispo de Cesarea Eusebio hizo regresar a San Basilio del desierto y lo ordenó como presbítero. En el puesto del presbítero, siendo el ayudante más cercano al arzobispo en los asuntos de la dirección de la Iglesia, San Basilio trabajaba mucho hasta el agotamiento. Él predicaba todos los días, a veces dos veces por día. En Cesarea y sus alrededores él organizó hospitales, asilos y casas para los peregrinos

Tras la muerte de Eusebio (año 370), San Basilio fue ascendido a la cátedra de Cesarea. Casi todo el tiempo durante su servicio como arzobispo tuvo una tensa y dura lucha con los arrianos, los cuales tenían gran fuerza en los tiempos del emperador Constancio y más todavía en los tiempos del emperador Valiente (los arrianos negaban la Divina naturaleza del Señor Jesús Cristo). En su lucha con los arrianos San Basilio continuaba la labor de San Atanasio e igual a él era el irrompible pilar de la Ortodoxia. Le decían al emperador Valiente que si Basilio se rinde el arrianismo triunfaría definitivamente. Entonces Valiente envió a Cesarea al prefecto llamado Modesto, famoso por su crueldad en la persecución de los ortodoxos. Muy arrogante, Modesto llegó a Cesarea e hizo llamar a San Basilio. Al principio trataba de convencerlo, tentándolo con las promesas de diferentes favores del emperador si San Basilio se relaciona con los obispos inclinados al arrianismo. Luego, viendo su firmeza comenzó a amenazarlo con el secuestro de bienes, con destierro perpetuo y con la muerte. Con coraje San Basilio le contestaba: "No tengo miedo al destierro porque toda la tierra es del Señor, es imposible quitar los bienes al quien no tiene nada, la muerte es para mi un bien porque me unirá con el Cristo para quien yo vivo y trabajo." La grandeza de San Basilio sorprendió al prefecto. "Hasta este momento nadie se animó a hablar conmigo de esta forma" le dijo. "Tal vez tu nunca tuviste la oportunidad de hablar con obispo" le contestó modestamente San Basilio.

En este tiempo, el mismo emperador llegó a Cesarea. El emperador fue a la iglesia (en el día de Epifanía) donde oficiaba San Basilio. Su piadoso santo oficio y la gran multitud de la gente rezando enternecidamente sorprendieron al emperador. Sin embargo, tomó todas las medidas para que San Basilio acepte algún arreglo con los arrianos. Al encontrarse con la resuelta negativa, lo condenó al destierro. La inesperada enfermedad de su hijo hizo que suspenda la sentencia y pida al Santo sus oraciones. Entonces los arrianos lograron que por lo menos sería reducida la zona del arzobispo. (Anoimo — el obispo de la nueva zona de la ciudad de Tiana se convirtió en su rival y enemigo).

Para preservar a su diócesis de las intrigas de los arrianos, San Basilio organizó una diócesis especial en la ciudad de Sasima, ubicada justo en el limite de las zonas divididas. Para esta cátedra tan importante en la lucha con los arrianos él puso al frente a su amigo San Gregorio, al cual hace poco tiempo había ordenado como obispo. Pero San Gregorio no quiso ocupar este inquieto puesto porque no respondía a su estado espiritual.

Además de abnegada defensa de la Ortodoxia contra el arrianismo, el arzobispo Basilio había prestado otros grandes servicios a la Iglesia. Toda su vida y especialmente los 9 años de su servicio como arzobispo estaban llenas de una imparable labor. Sus numerosas cartas muestran su preocupación y el dolor de su alma relacionados con los desordenes en la Iglesia. También muestran como él se preocupaba para que haya paz en el ambiente episcopal. Los refugios para los pobres, organizados por él que fueron pagados por una parte con el dinero que él había heredado de sus padres y por otra parte con las donaciones. Estas obras eran tan grandes que parecía una ciudad. Durante las épocas de hambre en Cesarea, lo ciudadanos encontraron en él un generoso bienhechor. Él fue fundador de alguno famosos conventos para los monjes y también creó las reglas de vida y de comportamiento de los monjes, las cuales rigen en la actualidad.

El piadoso santo oficio de San Basilio sorprendió mucho a Valiente. Pero nosotros tenemos otro testimonio por parte del otro y más importante apreciador de la belleza espiritual — San Efrén de Siria. Guiado por la Divina insinuación, San Efrén llegó a la iglesia donde oficiaba San Basilio y fue tan impresionado y motivado por todo lo visto y escuchado allí que expresó sus sentimientos en voz alta en su idioma sirio, llamando la atención de la gente. Esto sirvió para que entre San Basilio y San Efrén se establezca una amistosa relación, lo que está demostrado en sus cartas. San Basilio se preocupaba por la uniformidad y el orden de los santos oficios, por eso explicó el orden de la Liturgia apostólica, la que se conoce como la Liturgia de San Basilio. Esta Liturgia se realiza todos lo domingos durante la Gran Cuaresma y en algunos otros días. También él compuso numerosas oraciones de uso en la iglesia. Las más conocidas son las que se leen de rodillas en el día de la Santa Trinidad.

Para la Iglesia tienen mucha importancia los escritos de San Basilio, especialmente "El Hexamerón" (sobre los 6 días de la creación del Mundo) en los cuales él se manifiesta no solo como un gran teólogo sino también como el científico en el dominio de las ciencias naturales. También llegaron a nosotros: 13 homilías sobre los salmos, 25 homilías para distintas ocasiones, 5 libros contra los arrianos y "Los Ascéticos" sobre la Divinidad del Espíritu Santo.

La dura labor y dolores del alma agotaron sus fuerzas y él terminó su vida a los 50 años. El 1 de enero del año 379.

 

Santa Mártir Tatiana

25 de enero (12 de enero C.I.).

La Santa Tatiana era la hija de un rico romano y fue educada en la Fe Cristiana. No le interesaban las riquezas y los bienes materiales y cuando llegó a la mayoría de la edad no quiso casarse. Por su virtuosa vida fue asignada al puesto de la diaconisa de la Iglesia de Roma. En este puesto ella cuidaba con diligencia a los enfermos, visitaba a los presos, ayudaba a los pobres, tratando con sus oraciones y buenas obras complacer al Dios.

En los tiempos del emperador Alejandro Severo (años 222-235), Santa Tatiana fue martirizada por su Fe en Jesús Cristo (cerca del año 225). Según al antiguo relato, después de varias torturas ella fue tirada a la arena del circo (Coliseo), para que un león muy feroz la destroce para la diversión del público. Pero en vez de destrozarla el león comenzó a acariciarla (lamerla). Entonces Santa Tatiana fue sometidas a nuevas torturas y junto con su padre fue decapitada con una espada. Los siete servidores del gobernador, los cuales habían torturado a Santa Tatiana se convirtieron en cristianos, viendo la fuerza de Dios sobre ella y también fueron decapitados con una espada. Según el testimonio del diácono Zósimo, la cabeza de Santa Tatiana se encontraba hasta el año 1420 en Perivlepto, en Constantinopla.

 

Santa Equiapostólica Nina Cristianizadora de los Georgianos

27 de enero (14 de enero C.I.).

Santa Nina (Nunia, Nino) era la sobrina del Patriarca de Jerusalén. Desde su juventud ella amó al Dios y lamentaba mucho por la gente la que no creían en Él. Después que su padre Zavulon (de Capadocia) se hizo ermitaño y la madre fue ordenada diaconisa, Santa Nina fue entregada para su crianza a una piadosa anciana, quien muchas veces le contaba a Nina sobre Iberia (actualmente Georgia), en aquellos tiempos un país pagano y estos cuentos han despertado en ella un fuerte deseo de visitar este país y cristianizar a su gente con la luz del Evangelio.

Estos deseos volvieron a ser más fuertes todavía cuando en un sueño ella vio a La Madre de Dios entregándole a ella la cruz hecha de la cepa. Su deseo se había cumplido cuando ella tuvo que escapar a Iberia para salvarse de la persecución que empezó el emperador Diocletiano (años 284-305).

En Iberia, Santa Nina se instaló en la casa de una mujer ubicada en viñas reales. Muy pronto se hizo famosa en los alrededores porque ayudaba a los necesitados. Mucha gente se iba enterando sobre la fuerza de su oración. Entonces mucha gente enferma comenzó a venir a verla. Invocando el nombre de Cristo, ella curaba a la gente. Les contaba sobre El Dios que creó el cielo y la tierra y sobre El Cristo Salvador.

Sermones sobre el Cristo, los milagros de Santa Nina, su virtuosa vida tuvieron un efecto favorable sobre el pueblo de Iberia y muchos de ellos comenzaron a creer en El Dios Verdadero y fueron bautizados. El mismo rey Mariano (Meroy), que antes era pagano, fue convertido por Santa Nina en cristiano. Entonces fueron invitados un obispo y los sacerdotes de Constantinopla y en Iberia se construyó la primer iglesia dedicada a los Santos Apóstoles.

Poco a poco toda Iberia se convirtió en cristiana.

A Santa Nina no le gustaban ni fama ni honores y por eso ella se escondió en una montaña. Allí, en soledad le daba las gracias al Señor por la conversión al cristianismo de un país pagano. Varios años después ella abandona su aislamiento y llega a Kajetia donde convirtió en la fe cristiana a la reina Sofía. Después de 35 años de su labor, Santa Nina fallece en paz el 14 de enero del año 335. Por la orden del rey Mariano, en el lugar de su muerte fue construida una iglesia en el nombre del santo mega mártir Jorge, el pariente lejano de Santa Nina.

Con la memoria de Santa Nina está relacionado el descubrimiento de la túnica de Cristo. Durante la Crucifixión del Salvador esta túnica fue ganada, durante el sorteo, por un guerrero romano y posteriormente, después de diferentes acontecimientos, llegó a Georgia. Por una Divina revelación Santa Nina encontró esta túnica enterrada debajo de un cedro.

 

Mártir Leonilla

29 de enero (16 de enero C.I.).

Santa Leonilla y con ella Spevcippo, Eucippo y Melevcippo fueron martirizados en Galia en el segundo siglo, en los tiempos del emperador Marco Aurelio (años 161-180). Al recibir el bautismo a la edad avanzada, Leonilla convirtió en cristianos a sus nietos Spevcippo, Eucippo y Melevcippo. El fuerte deseo de ellos era la eliminación del paganismo en su pueblo. Ellos destruyeron a los ídolos y empezaron a reprochar a la gente del pueblo su idolatría. Por todo esto, ellos sufrieron un cruel martirio siendo estirados por los árboles. Ellos murieron después de que los hablan tirado al fuego. Sin embargo, sus cuerpos no fueron dañados por el fuego. Después del martirio de sus nietos Santa Leonilla fue decapitada con una espada. Poco tiempo después fueron martirizados otros cristianos, entre ello Neón, Turvón e Iovilla. Todos estos mártires de Galia son muy venerados, sobretodo en España donde hay muchas iglesias consagradas a ellos. El emperador de Grecia Zenón (años 474-491) entregó sus reliquias a un noble francés de la ciudad de Lantra, donde ellos yacen hasta el momento. El nombre de la ciudad se escribió de acuerdo a la versión en ruso.

 

San Antonio el Grande

30 de enero (17 de enero C.I.).

San Antonio nació en Egipto, cerca del año 250, en una rica y noble familia y fue criado en la Fe Cristiana. A los 18 años se quedó sin padres con una hermana bajo su protección. Un día iba a la Iglesia pensando en los Santos Apóstoles, sobre sus vidas y como ellos habían dejado todo en este mundo para seguirlo al Señor y servirle a Él. Al entrar a la Iglesia escucha las palabras del Evangelio: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y sígueme" (Mateo 19:21). Estas palabras impresionaron a Antonio, como si fueron dichas por El Señor personalmente a él. Poco tiempo después Antonio renunció a la herencia a favor de los pobres ciudadanos de su pueblo, pero no sabía a quien dejar a su hermana. Preocupado por esto, él va a la Iglesia y ahí otra vez escucha las palabras del Salvador, como si fueran dichas a él: "Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal" (Mateo 6:34). Antonio confió a su hermana a unas conocidas vírgenes cristianas y dejó la ciudad y la casa para vivir en soledad y solamente servir a Dios.

El alejamiento de San Antonio del mundo no sucedió súbitamente, sino poco a poco. Al principio él vivía en la cercanía de la ciudad en la vivienda de un devoto anciano quien vivía en soledad y trataba de llevar la vida semejante a la de este anciano. San Antonio visitaba también a otros ermitaños, que vivían en los alrededores de la ciudad, y seguía a sus consejos. Ya en este tiempo él era tan conocido por sus esfuerzos espirituales que lo llamaban: "el amigo de Dios." Después, él decide alejarse más. Invita al anciano ermitaño a acompañarlo. Cuando el ermitaño se niega, se despide de él y se instala en una lejana cueva. De vez en cuando un amigo le llevaba la comida. Finalmente, San Antonio se aleja de los lugares habitados; cruza el Nilo y se instala en las ruinas de una fortificación militar. Se lleva pan para 6 meses y después lo recibía de sus amigos a través de una abertura en el techo.

Es imposible imaginarse cuantas tentaciones y cuantas luchas soportó este gran ermitaño. Él sufría del hambre y de la sed, del frío y del calor. Pero la más terrible tentación que sufre un ermitaño, según las palabras del mismo Antonio, es la nostalgia por el mundo y el desorden emocional. A todo esto se agregan las tentaciones y horrores por parte de los demonios. A veces el Santo Devoto se quedaba sin fuerzas y estaba por caer en el desaliento. Entonces se le presentaba El mismo Señor o un ángel enviado por Él, para fortalecerle. "¿Dónde estabas Sagrado Jesús? ¿Por qué no has venido antes para terminar con mis sufrimientos?" Imploró Antonio al Señor cuando después de una semejante prueba vino El Señor. "Yo estuve aquí le dijo El Señor y esperaba ver tu esfuerzo espiritual."

Una vez durante una terrible lucha con sus pensamientos, Antonio gritó: "Señor, me quiero salvar, pero mis pensamientos no me dejan hacerlo." De repente ve, que alguien parecido a él trabaja sentado sobre una silla. Después se levanta y reza, después continua trabajando. "Haz lo mismo y te salvaras" le dijo el ángel del Señor.

Ya hace 20 años que Antonio vivía en su soledad, cuando algunos de sus amigos supieron donde estaba y vinieron para instalarse ahí. Durante mucho tiempo golpear a la puerta llamando y suplicando a Antonio a salir de su encierro voluntario. Finalmente, cuando ellos pensaban romper la puerta, Antonio la abrió y salió. Ellos quedaron muy sorprendidos viéndolo sin rasgos de cansancio a pesar de que él se sometía a durísimas pruebas. La paz celestial reinaba en su alma y se reflejaba en su rostro. Tranquilo, moderado, muy amable con todos, este anciano se convirtió muy pronto en el padre y preceptor de muchos. El desierto tomó vida. Por todos lados en la montaña aparecían los refugios de los monjes. Mucha gente cantaba, leía, ayunaba, rezaba, trabajaba y ayudaba a los pobres. San Antonio no les ponía a sus alumnos las reglas especiales para la vida monástica. Él se preocupaba solamente en fortalecer en ellos un devoto estado de ánimo, les inspiraba la fidelidad a la voluntad del Dios, la oración, la renuncia a todo lo terrestre y el trabajo incesante.

Pero la vida en el desierto entre la gente le pesaba a San Antonio y él buscaba un nuevo aislamiento. "¿Adónde queréis escapar?" Le dijo una voz del cielo cuando sobre la costa del Nilo él estaba esperando el bote para alejarse de la gente. "Alta Tebaida" contestó Antonio. Pero la misma voz le replicó: "Iras para arriba a Tebaida o para abajo a Bucolia, no encontraras la tranquilidad en ninguna parte. Vaya al desierto interior, así se llamaba el desierto ubicado cerca del Mar Rojo. Hasta allí se dirigió Antonio, siguiendo una caravana.

Después de caminar 3 días, él encontró una montaña alta y desabitada con un manantial y algunas palmeras en el valle. Aquí se instaló. Aquí él cultivaba un pequeño campo, para que nadie tenga que venir a traerle pan. De vez en cuando él visitaba a los ermitaños. Un camello le llevaba el pan y el agua para mantener sus fuerzas durante estos duros viajes en el desierto. Sin embargo, los admiradores de San Antonio, también descubrieron este último refugio. Empezó a llegar mucha gente que buscaba sus oraciones y consejos. Traían a los enfermos y él los curaba con sus oraciones.

Ya pasaron cerca de 70 años desde que San Antonio empezó a vivir en el desierto. Contra su voluntad, un pensamiento arrogante empezó a turbarlo. Pensaba que él era el más antiguo ermitaño que vivía en el desierto. Él pedía a Dios poder alejar este pensamiento y tuvo una revelación que un ermitaño se había instalado en el desierto antes que él y estaba sirviendo a Dios. A la mañana siguiente, bien temprano se levantó Antonio y salió en busca de este desconocido ermitaño. Caminó durante todo el día sin encontrar a nadie, salvo algunos animales que viven en el desierto. Delante de él se extendía la grandeza infinita del desierto, pero él no perdía las esperanzas. A la mañana siguiente, bien temprano, él siguió su camino. De repente vio a una loba que corría hacia un arroyo. San Antonio se acercó al arroyo y vio una cueva al costado del mismo. Mientras él se acercaba, la puerta de la cueva se cerró. Mediodía pasó San Antonio frente a la puerta suplicando al anciano que le muestre su rostro. Finalmente la puerta se abrió y salió un anciano canoso. Este anciano era San Pablo de Tebaida. Él vivía en el desierto cerca de 90 años. Después de un saludo fraternal, Pablo le preguntó a Antonio cómo estaba la humanidad. ¿Quién estaba gobernando? ¿Si todavía existían los idólatras? El fin de las persecuciones y el triunfo del Cristianismo en el imperio romano fueron las noticias muy gratas para Pablo. En cambio, la aparición del arrianismo fue una noticia amarga. Mientras que ellos conversaban, llegó un cuervo y dejó un pan. "¡Qué generoso y misericordioso es el Señor!" Exclamó Pablo: "durante muchos años Él me manda la mitad de un pan y hoy, gracias a tu visita, Él me mandó un pan entero." A la mañana siguiente Pablo confesó a Antonio que muy pronto él se irá de este mundo. Por eso pidió a Antonio traerle la túnica del obispo Atanasio (el famoso luchador contra el arrianismo) para cubrir con ella sus restos. Antonio se apuró a cumplir el deseo de este Santo anciano. Él regresó a su desierto muy emocionado y cuando los hermanos — monjes le preguntaban, la única contestación era: "soy un pecador y yo me consideraba un monje! "¡Yo vi a Elías, yo vi a Juan, yo vi a Pablo en el paraíso!" Cuando él estaba llegando al lugar donde habitaba San Pablo, el vio como este estaba ascendiendo al cielo entre muchos ángeles, profetas y apóstoles.

"¿Pablo, por qué no me esperaste?" Gritó Antonio. "¡Tan tarde te conocí y tan temprano te vas!" Sin embargo, al entrar a la cueva él encontró a Pablo arrodillado, rezando. Antonio también se arrodilló y comenzó a rezar. Recién después de varias horas de rezar se dio cuenta que Pablo no se movía porque estaba muerto. Entonces Antonio lavó piadosamente el cuerpo y lo envolvió en la túnica de San Atanasio. De repente aparecieron dos leones y excavaron con sus garras una tumba bastante profunda, donde Antonio sepultó al Santo ermitaño.

San Antonio falleció a una edad muy avanzada (106 años en el año 356) y por sus esfuerzos espirituales mereció llamarse El Grande.

San Antonio fundó vida eremítica, Consistía en que varios ermitaños vivan en celdas separadas, lejos uno del otro, bajo la dirección de un aba (aba en el hebreo significa el padre). La vida de los ermitaños era la oración, ayuno y trabajo. Varios ermitaños, reunidos bajo la dirección de un aba formaban una laura. Pero cuando todavía San Antonio vivía apareció otro estilo de la vida de los monjes. Ellos se unían en comunidades, trabajaban en conjunto, cada uno según sus posibilidades. También compartían la comida y se subordinaban a las mismas reglas. Estas comunidades se llamaban comunidades monásticas o monasterios. Abas de estas comunidades empezaron a llamarse archimandritas. El fundador de la vida comunal de los monjes fue San Pacomio, El Grande.

 

Los Santos Mártires Inna, Pinna y Rimma

2 de febrero (20 de enero C.I.).

Los Santos mártires Inna, Pinna y Rimma eran eslavos de Escitia y eran alumnos del apóstol Andrés. Con su predica sobre el Cristo, ellos cristianizaron y bautizar a muchos paganos bárbaros. El príncipe de los bárbaros se enfureció por ello y los quería obligar a renunciar a su fe e inclinarse ante los ídolos. Pero cuando ellos quedaron firmes en su creencia al Cristo, el príncipe ordenó clavar en el hielo del río unos pilares y atar a los mártires a estos pilares. Agotados por el terrible frío y la presión del hielo, los Santos mártires entregaron sus almas al Señor: Se cree que el lugar de sus martirios fue el río Danubio. Se piensa que fueron martirizados durante el siglo I. (Al principio los nombres Inna, Pinna y Rimma eran masculinos, pero ahora en Rusia estos nombres se consideran femeninos).

 

Venerado Máximo el Confesor

3 de febrero (21 de enero C.I.).

San Máximo nació en Constantinopla en una noble familia y recibió una muy buena educación. Él se encontraba entre los consejeros del emperador Heraclio (años 610-641). Viendo la difusión de la herejía de los monofisistas (los monofisistas negaban la voluntad humana de Jesús Cristo, con que disminuían el significado de sus sufrimientos en la Cruz). Con esta herejía también se contagió y el mismo emperador. Él dejó su palacio e ingresó en el monasterio Cristopolsky. Después San Máximo fue el abad de este monasterio.

Siendo teólogo y profundo pensador de su tiempo y un riguroso defensor de la Ortodoxia, Máximo demostraba exitosamente lo erróneo de la herejía monofisista. (Los monofisistas se equivocaban pensando que la naturaleza humana de Jesús Cristo fue absorbida y destruida por la naturaleza Divina). Por eso, Máximo, fue muchas veces objeto de persecuciones por parte de los enemigos de la Iglesia. Los argumentos de San Máximo a favor de la Ortodoxia fueron tan concluyentes que después de un debate público con el patriarca monofisista de Constantinopla, llamado Pirro, este ultimo renunció a la herejía en el año 645.

Varias veces fue deportado y nuevamente llamado a Constantinopla. Muchas veces las exhortaciones y las promesas de los herejes se convertían en amenazas, vejaciones y golpizas al San Máximo. Pero él quedaba firme en sus convicciones religiosas. Por último le cortaron el brazo derecho y la lengua para que él ni con la palabra ni por escrito pudiera proclamar y defender la verdad. Luego lo enviaron en reclusión al Cáucaso en Lasov (una región en Mingrelia). Ahí San Máximo falleció el 13 de agosto del año 662, sabiendo de antemano el día de su muerte.

San Máximo escribió muchas obras teológicas en defensa de la Ortodoxia. Especialmente representan un gran valor sus prédicas sobre la vida espiritual y contemplativa, algunas de las cuales entraron en una colección de sermones de los Santos Padres sobre la vida de los ascetas. En estas devotas prédicas se revela la profundidad espiritual y la agudez del pensamiento de San Máximo. También llegó a nosotros su explicación de la Liturgia, que tiene un gran significado teológico.

 

Venerado Gennadio

5 de febrero (23 de enero C.I.).

San Gennadio de la ciudad de Kostroma, fue bautizado con el nombre de Gregorio. Nació en la ciudad de Mogilev, en Lituania, en una familia ruso-lituana muy rica. Desde su juventud él se distinguía por su devoción. Amaba ir a la Iglesia y cumplía rigurosamente los ayunos. Por esto sus amigos se reían de él. Deseando dedicar su vida al Dios él deja secretamente la casa de sus padres y vestido de pobre se va a Rusia. Él visitó Moscú y Novgorod, pero no encontró un monasterio acorde a sus necesidades espirituales. Entonces se fue al río Svir donde estaba el venerado Alejandro, quien le indicó de ir a los bosques de Vologodsk, donde estaba el venerado Cornelio de Comel, quien le hizo tomar los hábitos con el nombre de Gennadio. Poco tiempo después los venerados Cornelio y Gennadio se fueron al lago Surskoe, cerca del río Kostroma. Ahí fundaron un monasterio con dos Iglesias. Más tarde este monasterio se empezó a llamar monasterio de Gennadio.

San Gennadio trabajaba sin descanso haciendo panecillos para la Misa y el pan, cortando leña, excavando estanques con la cofradía. Para que el esfuerzo espiritual sea mayor, siempre él tenía puestas las cadenas de asceta. Le gustaba mucho escribir los íconos y con estos íconos se adornaban las Iglesias de su monasterio. Por su vida devota San Gennadio tuvo el don de Dios de perspicacia y curaciones. Así, estando en Moscú él profetizó que la hija del boyardo Roman Zajarin, Anastasia Romanovna, será zarina. Realmente, después ella se casó con el zar Juan El Terrible y era su amada esposa. El mismo zar Juan El Terrible rogó al venerado Gennadio ser el padrino de su hija. Venerable Gennadio curó la enfermedad mortal del obispo Cipriano de Vologda.

Venerable Gennadio falleció en el año 1565 y en el año 1644 fueron encontradas sus reliquias, que desde entonces fueron sepultadas en un lugar secreto en la Iglesia de Transfiguración, que se encuentra en su monasterio. Venerado Gennadio escribió "Instrucciones de un padre espiritual a un monje recién ordenado" y "Testamento espiritual."

 

Santa Xenia de Roma

6 de febrero (24 de enero C.I.).

Santa Xenia era la hija única del famoso senador de Roma, Eusebio. Siendo todavía muy joven, ella decidió quedarse virgen y para evitar el matrimonio partió rumbo a Alejandría, junto con dos esclavas. Una vez allí, convenció a sus acompañantes de llamarla Xenia, lo que en griego significa "peregrina," para que sea más difícil encontrarla.

Cuando se encontró con el abad del convento del apóstol Andrés, quien estaba en la ciudad Mileto (en Caria) ella le pidió que la lleve junto con sus acompañantes a la ciudad de Milass. Allí ella compró un terreno y construyó una Iglesia consagrada a San Esteban y organizo un monasterio de mujeres. Dentro de poco, por su vida ejemplar, el obispo de Milass la elevó a la dignidad de diaconisa. Verdaderamente ella llevaba la vida de un ángel. Amaba a todos, prestaba ayuda a todos, lo que estaba a su alcance. Era la benefactora de los pobres, la consoladora para los doloridos y la preceptora para los pecadores. Por su profunda humildad, ella se consideraba a sí misma como la peor de todas y la más pecadora de todos. Santa Xenia salvó a muchas almas. Falleció en la segunda mitad del siglo V. Durante su fallecimiento ocurrieron milagrosos signos.

 

Bienaventurada Xenia de Petersburgo

6 de febrero (24 de enero C.I.).

Santa Xenia Grigorievna, fue la esposa del coronal Andrey Fedorovich Petrov, quien trabajaba como cantor palaciego. Al quedarse viuda a los 26 años aparentaba haber perdido la razón por el dolor. Ella repartió a todos sus bienes entre los pobres, se vistió con la ropa de su difunto esposo y como olvidándose de su propio nombre se llamaba con el nombre de su esposo, Andrey Fedorovich.

Estas rarezas no se relacionaban con la pérdida de la razón, sino significaban el desprecio absoluto a los bienes terrenales y a la opinión humana, que ponía estos bienes en el centro de la existencia. Así Xenia de Petersburgo aceptó la pobreza de espíritu por el Cristo.

Al conocer con la muerte de su amado esposo toda la inconstancia y lo ilusorio de la felicidad en la tierra, Xenia con todo su corazón se dirigió a Dios y solo en Él buscaba protección y consuelo.

Los efímeros bienes terrenales dejaron de tener algún interés para ella. Xenia tenía una casa pero la entregó a una conocida con la condición de que ahí se dará refugio a los pobres. Sin tener refugio, ella erraba entre los pobres de Petersburgo y por la noche se iba al campo, donde pasaba la noche rezando.

Cuando en el cementerio Smolenskoe comenzaron a construir la iglesia, al oscurecer y en secreto, Xenia llevaba los ladrillos arriba de la construcción y con eso ayudaba a los albañiles a levantar las paredes de la iglesia.

Unos parientes de Xenia quisieron acomodarla y darle todo lo necesario para vivir, pero ella les contestaba: "Yo no necesito nada." Ella se alegraba con su miseria y cuando llegaba a algún lugar decía: "Estoy toda aquí." Cuando la ropa de su difunto esposo se redujo al polvo, Xenia se vistió con la ropa más pobre y en los pies llevaba calzado roto sin medias. Ella no usaba abrigo obligando a su cuerpo sufrir el frío.

Sintiendo la grandeza del espíritu de venerable Xenia, los ciudadanos de Petersburgo la querían porque ella despreció lo terrestre por el Reino de Dios. Cuando Xenia entraba en la casa de alguien esto se consideraba una buena señal. Las madres se ponían contentas cuando ella besaba al niño. Los cocheros pedían permiso para llevarla un poquito, porque después las ganancias estaban aseguradas para todo el día. Los vendedores en las ferias trataban de darle algo y si Xenia lo aceptaba, toda la mercadería de este vendedor se vendía muy rápido.

Xenia tenía el don de perspicacia. En vísperas de Navidad del año 1762 ella caminaba por Petersburgo diciendo: "preparen los panqueques, mañana toda la Rusia va a hacer los panqueques. Al día siguiente falleció la emperatriz Elisaveta Petrovna. Unos días antes del asesinato del joven de la familia del zar, Juan VI Antonovich (el tataranieto del zar Alexey Mijailovich), el que en su niñez fue proclamado emperador ruso. La bienaventurada lloraba y repetía: "sangre, sangre, sangre." Unos días después de la fracasada conspiración de Mirovich, el joven Juan fue asesinado.

Una vez Xenia vino a casa donde había una hija grande. Dándose la vuelta y mirando a la joven, dijo: "tu estas tomando el café aquí y tu marido en Ojta esta enterrando a su esposa. Tiempo después esta joven se casó con un viudo y quien en aquel momento estaba enterrando a su primera esposa en el cementerio de Ojta.

La bienaventurada Xenia falleció al final del siglo XVIII, pero la leyenda no conservó ni el año, ni el día de su muerte. La enterraron en el cementerio Smolenskoe donde ella ayudaba a construir la iglesia. La peregrinación a su tumba comenzó al poco tiempo de su fallecimiento. Bienaventurada Xenia muchas veces aparecía a la gente que se encontraba en circunstancias difíciles, advirtiendo sobre los peligros y salvando de los siniestros.

La Bienaventurada no paraba de prestar su amor comprensivo a todos aquellos que con fe pedían ayuda. Se conocen muchos casos de su ayuda a los que sufrían y a los que estaban en situaciones desesperantes.

El empleado público Nicolay Selivanovich Golovin vivía en la ciudad Grodno, alrededor de 1907, y muchas veces tenía disgustos en el empleo. Vino a Petersburgo para organizar sus asuntos, pero las cosas se complicaron más. Golovin era muy pobre y tenía una madre anciana y dos hermanas, todos estaban a su cargo. Desesperado él caminaba por las calles de Petersburgo y aunque era una persona creyente, en su alma comenzó a deslizarse el pensamiento sobre la posibilidad de tirarse al río Neva. En este momento apareció una desconocida que lo asombró con su apariencia y le recordaba a una monja pobre. "¿Por qué estas tan triste?" Preguntó ella. "Vaya al cementerio Smolenskoe y pedí oficiar una misa por la difunta Xenia y todo se arreglará." Después de estas palabras la desconocida se hizo invisible. Golovin cumplió el consejo de esta misteriosa monja e inesperadamente sus asuntos se arreglaron de la mejor manera. Muy contento Golovin regresó a su casa en Grondo.

El emperador Alejandro III, cuando todavía era el heredero al trono, se enfermó de tifus en forma grave. Su esposa María Fedorovna estaba muy preocupada por la enfermedad de su esposo. Uno de los ayudantes de cámara al encontrarse con ella en el pasillo le contó como la bienaventurada Xenia ayuda a los enfermos y le dio la arena juntada de la tumba de la bienaventurada Xenia y agregó que él mismo se había curado de una enfermedad gracias a la oración de bienaventurada. La Gran Duquesa colocó la arena debajo de la almohada del enfermo y la misma noche, cuando estaba sentada en la cabecera, tuvo la visión de la bienaventurada Xenia, la que le dijo que el enfermo recobrará la salud y que en su familia nacerá una hija. Deben llamarla Xenia. La predicción de la bienaventurada se cumplió exactamente. Una hacendada de la provincia de Pskov tenía un pariente en Petersburgo, quien estaba de visita en su casa. El pariente le contó como honraban en la capital a la bienaventurada Xenia. Impresionada por lo que escuchó, la piadosa hacendada, antes de acostarse a dormir, rezó por el descanso de su alma. Por la noche soñó que Xenia caminaba alrededor de su casa y la regaba con el agua. Por la mañana se prendió el fuego en el henil, pero el fuego no se desplazó más allá y la casa quedó intacta. La viuda de un coronel llegó a Petersburgo para inscribir en el cuerpo de cadetes a sus dos hijos. Pero no tuvo éxito. El dinero que ella había llevado para el viaje se estaba acabando y la viuda caminaba por las calles llorando de la desesperación. De repente se le acercó una mujer plebeya y le dijo: "Pedí que oficien una misa por la difunta Xenia, ella ayuda en las desgracias." "¿Quién es Xenia?" Preguntó la viuda. "La lengua te puede llevar hasta Kiev" (un dicho ruso) le contestó la mujer y desapareció rápidamente. Realmente, la viuda del coronel pudo averiguar fácilmente quien era Xenia. Pidió oficiar una misa por los difuntos sobre su tumba en el cementerio Smolenskoe e inesperadamente pronto recibió la noticia que sus dos hijos fueron aceptados en el cuerpo de cadetes.

Se conocen muchos casos sobre la ayuda de la bienaventurada Xenia. La gente rusa es reflexiva sobre la interacción del mundo del cielo y de la tierra y ya va el segundo siglo que recuerdan a la bienaventurada Xenia en sus oraciones.

 

San Gregorio Nacianceno el Teólogo

7 de febrero (25 de enero C.I.).

San Gregorio, El Teólogo (años 326-389) era el hijo de Gregorio (posteriormente el obispo de Nacianzo) y de Nonna, una mujer de altas reglas morales. Antes de su nacimiento, ella prometió que dedicará a su hijo al Dios. Hizo todo el esfuerzo posible para inclinar su voluntad al servicio de Dios. San Gregorio consideraba que la educación dada por su madre a él como la más importante. Siendo muy inteligente, San Gregorio recibió una excelente educación. Él había estudiado en las escuelas de Cesarea, en Palestina, donde había una biblioteca recopilada por el santo mártir Pánfilo. En Alejandría estudiaba las obras de Orígenes y finalmente en Atenas donde se amigó con San Basilio El Grande, al cual conocía anteriormente y cuya amistad apreciaba como la más provechosa que cualquier escuela superior. En Atenas los santos amigos compartían una pieza y tenían el mismo modo de vida, ellos conocían solamente dos caminos, uno llevaba a la iglesia de Dios y el otro a la escuela. En Atenas San Gregorio conoció a Julian (El Apóstata), el mismo que al subir al trono renegó del cristianismo e intentó hacer renacer el paganismo en el imperio romano (años 361-363) y dejó un vivo retrato de este perverso y astuto enemigo de la iglesia. Al cumplir 26 años, San Gregorio fue bautizado. Al regresar a su patria, San Gregorio se apartó por mucho tiempo de cualquier cargo público. Reflexión sobre el Dios, la oración, la lectura de las palabras de Dios, composición de las inspiradas palabras y cánticos y el cuidado de sus ancianos padres eran sus ocupaciones. Pasó un tiempo en el desierto con su amigo Basilio. Este tiempo fue considerado por San Gregorio como el más feliz de su vida. Su padre, siendo ya obispo, necesitaba un ayudante, lo hizo llamar del monasterio Basiliense a Nacianzo y lo ordenó como presbítero. Esta dignidad y el peso de las obligaciones atemorizaron tanto a San Gregorio que se alejó al desierto para estar en soledad. Al tranquilizar su espíritu, regresó y aceptó las obligaciones sacerdotales, consolándose que sirviendo al Dios también ayuda a su anciano padre en sus preocupaciones por los parroquianos.

Mientras tanto, su amigo Basilio El Grande llegó a ser arzobispo. Deseando tener un fiel e instruido ayudante para dirigir una amplia región, San Basilio ofreció a Gregorio el cargo del principal presbítero de su cátedra. Pero San Gregorio rechazó este honorable e influyente cargo. Poco tiempo después se realizó su ordenamiento como obispo de la ciudad Sasima, por el acuerdo secreto entre el arzobispo y el padre de Gregorio. Viendo en todo esto la voluntad de Dios Gregorio aceptó el santo ordenamiento pero rechazó el cargo. Como vicario seguía sirviendo a la parroquia de Nacianzo, ayudando a su padre. En el año 374 falleció su anciano padre y poco tiempo después su madre. San Gregorio siguió trabajando ocupando el cargo de su padre, dirigiendo la iglesia en Nacianzo. Se enfermó gravemente y después de recuperarse se alejó a un monasterio aislado, donde en ayuno y oración vivió cerca de tres años. Pero una persona como él no se podría esconder en la celda de un monje. Fue elegido por los obispos ortodoxos y los seglares como arzobispo de Constantinopla. Él vino en la época cuando los arrianos tenían mucho poder y se habían apoderado de todas las iglesias de la capital. San Gregorio se alojó en la casa de sus conocidos. Convirtió a una de las piezas a la iglesia y la llamó Anastasia (que significa resurrección), creyendo que ahí se va a resucitar la Ortodoxia y comenzó a predicar. Los arrianos se burlaban de él, le tiraban piedras y enviaban secretamente a los asesinos. Pero el pueblo reconoció a su verdadero pastor y comenzó acercándose a su cátedra, como el hierro se aprieta a imán (según lo dicho por San Gregorio). Con su palabra fuerte, ejemplo de su vida y diligencia como pastor, él vencía a los enemigos de la Iglesia. Muchísima gente venía de todas partes para escuchar sus inspiradas prédicas. El público presente parecía un mar atormentado, aplaudían y gritaban con gran entusiasmo expresando su acuerdo y los escribas anotaban todas sus palabras inmortalizándolas. Cada semana miles de personas volvían de la herejía a la Iglesia Ortodoxa.

Y finalmente, cuando al trono subió el emperador ortodoxo Teodosio (años 379-395) los obstinados arrianos fueron expulsados de las iglesias de la capital. Cuando fue descubierta la herejía de Macedonio (Macedonio negaba la Divinidad del Espíritu Santo) San Gregorio luchaba contra él y participaba activamente en el Segundo Concilio Ecuménico. Al terminar su labor él rechazó la cátedra de Constantinopla diciendo: "¡Adiós cátedra — esta envidiosa y peligrosa altura!" San Gregorio se alejó a su lugar natal Arianzo, cerca de Nacianzo y una vez allí pasó los últimos años de su vida en severas superaciones espirituales de asceta.

Por sus excelentes obras teológicas y por su habilidad de penetrar con el pensamiento en los más profundos secretos de la Fe y explicar sus inexplicables verdades con una claridad y rigurosa exactitud, San Gregorio recibió de la Iglesia el respetable nombre de Teólogo y maestro universal. La Iglesia, en una de sus oraciones lo denomina como la mente superior. Sus sermones son llenos de poesía y muchas frases de estos sermones fueron utilizadas (por San Juan Damasceno y otros) en los cantos religiosos para los días festivos. Hasta el día de hoy, las reliquias de San Gregorio siguen despidiendo un delicioso aroma.

 

San Juan Crisóstomo

9 de febrero y 26 de noviembre (2 de enero y 13 de noviembre C.I.).

San Juan Crisóstomo (años 347-407) provenía de una noble familia de Antioquia. Siendo muy chico se quedó sin padre y fue criado por su madre Anfisa, una excelente mujer y una cristiana ejemplar. Después él estudiaba con un famoso orador pagano Livanio. Era muy inteligente y desarrolló una profunda educación (bíblica conjuntamente con clásica). Cuando le preguntaron a Livanio a quien él consideraba su mejor sucesor, él contestó con tristeza: "Por supuesto a Juan, si los cristianos no lo hubiesen separado de nosotros," y sobre la madre de Juan opinó: "¡Qué dignas mujeres tienen los cristianos!"

Después de terminar sus estudios Juan ocupó el puesto de abogado y se hizo muy famoso por su elocuencia. Pero muy pronto la vida mundana lo aburrió. Al recibir el bautismo a la edad adulta, según las costumbres de aquellos tiempos, él quiso alejarse al desierto, pero se quedó en la ciudad solamente por el pedido de su madre.

Mientras tanto el obispo de Antioquia Meletio se enteró de su extraordinaria inteligencia y lo inscribió en el clero. En este tiempo Juan estaba estudiando las Escrituras Sagradas y otras ciencias relacionadas con la teología.

Al fallecer su madre, él pudo cumplir su más gran deseo, durante cuatro años él vivió en un refugio solitario, dos de los cuales en una cueva en absoluta soledad. Los problemas de la salud lo obligaron a regresar a Antioquia. Ahí fue ordenado como diácono y más tarde fue ordenado sacerdote. Los doce años de su servicio en Antioquia fueron los años más felices de su vida. Él predicaba sin parar y participaba de manera muy activa en las alegrías y tristezas de los parroquianos de Antioquia. Muchas veces sus sermones fueron interrumpidos por fuertes aplausos. Juan calmaba al público diciendo: "¿Para qué me sirven sus aplausos? Corrección de la vida y volver al Dios son los mejores elogios para mí de parte de ustedes." Especialmente él se hizo famoso por sus palabras referidas a las desgracias que amenazaban a la gente de Antioquia por derrumbar las estatuas de los emperadores. Muy pronto, en todo el mundo cristiano Juan se hizo famoso como El Crisóstomo (este nombre le había dado una mujer al estar muy emocionada con sus palabras). Por eso, después de la muerte del obispo Nectario — el sucesor de San Gregorio El Teólogo, al quedar desocupada la cátedra del arzobispo de Constantinopla, él emperador Arcadio (años 395-408) quiso que Crisóstomo ocupe esta cátedra. Los primeros tiempos de su santidad fueron muy agradables para Juan y él empezó a luchar con todas sus fuerzas contra lo que quedaba del arrianismo, por establecer la paz entre algunos obispos que estaban en conflicto y por corregir al clero y a los parroquianos. Pero esta enérgica actividad le había traído muchos enemigos y la más importante era la emperatriz Eudoxia, la que encabezaba la lucha contra él. Ella era una mujer frívola y ambiciosa. Ella había atraído a su grupo al Arzobispo Teófilo en cuyo alrededor se unieron los obispos descontentos con Juan. Estos obispos organizaron un concilio (en un lugar que se llamaba Dub, cerca de Constantinopla) y condenaron a Juan a dejar la cátedra y al exilio. "La iglesia del Cristo no comenzó conmigo ni terminará conmigo" — les dijo Juan a los amigos y dejó la capital. Pero la misma noche hubo un terrible terremoto y sus golpes más fuertes se escuchaban en el palacio. Asustada Eudoxia mandó a pedir a Crisóstomo para que regrese a la ciudad. Pasaron dos meses, nuevamente Eudoxia se entregó a sus pasiones y vicios y Juan la acusó otra vez. Esta vez Juan fue condenado por rebeldía y fue enviado al exilio.

Casi 3 años vivió Juan en Kukusa, una ciudad en Armenia. Después fue enviado a Piziunt (al Noroeste sobre la costa de Mar Negro, actualmente Abjasia). Los rudos guerreros llevaban al santo caminando a través de las montañas con calor y la lluvia torrencial, durante 3 meses. Completamente agotado el Santo había parado en la ciudad Comana del Ponto, ahí, durante la noche tuvo la visión del Santo Mártir Basilisco (las reliquias del cual yacían en esta ciudad) quien le dijo: "No te pongas triste hermano, mañana estaremos juntos." En el día de mañana San Juan comulgó con los Santos Sacramentos y con las palabras: "¡Gloria al Dios por todo!" Falleció en paz.

En sus numerosas pláticas (casi 800) San Crisóstomo dejó inspiradas explicaciones sobre muchos libros de Sagradas Escrituras y es considerado por la Iglesia como un sabio intérprete de la Biblia. Él había compuesto el orden de la Liturgia (orden establecido para la ceremonia religiosa) que lleva su nombre. También puso en uso en la iglesia la procesión con la cruz y otras piadosas tradiciones. Más que eso, él se hizo famoso por la difusión de la Fe Cristiana en el mundo. A propósito, él envió a Rus, a los escitas que la habitaban, a los predicadores de la Santa Fe y se considera como uno de los iluminadores de Rus.

 

San Nikita Arzobispo de Novgorod

13 de febrero (31 de enero C.I.).

Siendo muy joven San Nikita ingresó al Kievo-Pechersky monasterio. Muy pronto decidió ser eremita a pesar del consejo del abad de que es prematuro hacer este esfuerzo espiritual siendo un monje tan joven. En el encierro Nikita tuvo la siguiente tentación. Por las sugestiones del demonio él dejó la oración y empezó a leer los libros del Antiguo Testamento. Nikita aprendió de memoria estos libros y no había nadie quien podría igualarlo en sus conocimientos. Cuando sus brillantes conocimientos salieron a la luz, muchos príncipes y nobles comenzaron a venir para escucharlo y para pedir sus consejos. Sin embargo, mucha gente estaba sorprendida con el detalle de que Nikita no quería escuchar nada sobre los libros del Nuevo Testamento, tratando de cualquier modo evitar su nombramiento. Entonces los sabios monjes de este monasterio comprendieron que Nikita fue seducido por el diablo. De este estado lo salvaron las asiduas oraciones de los monjes de Pechora. Poco tiempo después Nikita abandonó su encierro voluntario. Continuaba con el ayuno riguroso y la oración. Poco tiempo después superó a todos los monjes con su obediencia y humildad.

Después de unos años él fue designado como obispo de la ciudad de Novgorod. Él predicaba muy bien, enseñando a los fieles con las palabras del Evangelio. Por su vida devota el Dios le dio el Don de hacer milagros. San Nikita ayudó a muchos y curó a mucha gente. Así hizo que lloviera y en otra ocasión una ciudad se salvó del incendio, gracias a su oración. Después de 13 años de su servicio como obispo, Nikita falleció en paz en el año 1108. Después de los 445 años de su muerte, en los tiempos del zar Iván El Terrible, sus reliquias fueron halladas imperecederas. En esta ocasión tuvieron lugar muchas curaciones, Especialmente se curaba la gente que sufría las enfermedades de los ojos y los ciegos.

 

San Simeón y la Profetisa Ana

16 de febrero (3 de febrero C.I.).

San Simeón vivía en los tiempos de nacimiento del Señor Jesús Cristo. Según el Evangelista Lucas, Simeón recibió la promesa del Espíritu Santo que no se iba a morir hasta que no vea a Cristo. Según la leyenda, él recibió esta promesa 270 años antes del nacimiento del Cristo. En aquellos tiempos él fue uno de los 70 traductores que traducían los libros de la Santa Biblia del hebreo al griego para la biblioteca del rey de Egipto Ptolomeo Filadelfo. Cuando Simeón estaba traduciendo las profecías de Isaías sobre el nacimiento del Emmanuel (Mesías) de una Virgen, él dudó sobre la exactitud de la profecía y quiso cambiar la palabra "virgen" por "mujer." En este momento tuvo una revelación del Espíritu Santo, que le dijo que no debe cambiar la profecía y que él no moriría hasta que vea el cumplimiento de esta profecía de Isaías sobre el nacimiento del Mesías exactamente de la Virgen.

Entre todas las desgracias en aquellos tiempos, con la general decadencia religiosa y de buenas costumbres, el santo anciano vivía durante muchos años con la esperanza del cumplimiento de la profecía. Cuando el Niño Divino nació y fue traído al Templo, Simeón recibió la revelación del Espíritu Santo de que su esperanza se hizo realidad y que en el Templo de Jerusalén él finalmente verá al Niño — Salvador.

Al llegar al Templo el santo anciano no solamente vio al Niño prometido y a su Purísima Madre — Virgen, más él fue digno de levantar al Cristo en sus brazos. Aquí, en un santo éxtasis San Simeón pronunció aquellas inmortales palabras que tan a menudo se escuchan durante los oficios religiosos que se ofician por las tardes: "Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme con tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel." Aquí Simeón hace el papel del representante de la humanidad del Antiguo Testamento la que esperaba al Salvador y simultáneamente se convierte en el predicador de la Gracia del nuevo Testamento.

El Evangelista Lucas no aclara a que se dedicaba San Simeón, pero en las canciones de la iglesia él se llama el sacerdote y el Santo. Es muy posible que él era uno de los sacerdotes que oficiaban en el Templo (Lucas 2:23-37).

Junto a Simeón fue digna de encontrar al Señor en el Templo de Jerusalén la pía Ana. El Evangelio dice que ella provenía de la tribu de Aser y fue la hija de Fanuel. Después de estar casada durante 7 años ella se quedó viuda y a partir de este tiempo no se apartaba del Templo sirviendo a Dios de día y de noche con ayunos y oraciones (Lucas 2:37). Por eso ella tenía el don de profecía. Para nosotros Santa Ana es el ejemplo de una vida verdadera y digna de respeto. Según el Apóstol Pablo, estas viudas representan un gran valor para la Iglesia y sirven como ejemplo y enseñanza para la juventud (Tim 5:3-5).

Ella ya había llegado a una edad avanzada e igual que San Simeón estaba esperando al Salvador. Ella estaba atenta a todos los hechos espirituales y había añadido su voz de anciana a la glorificación que manifestó San Simeón durante el encuentro con el Niño Divino en el Templo. Con el santo éxtasis ella comenzó a predicar no solamente en el Templo sino también entre la gente de Jerusalén quienes igual a ella esperaban la llegada del Mesías.

En las oraciones de la Iglesia, Santa Ana se venera como una casta viuda, muy respetada por todos, una santa anciana y la profetisa del Nuevo testamento.

 

Mega Mártir Teodoro

21 de febrero (8 de febrero C.I.).

San Teodoro era oriundo de la ciudad Evjait (en Asia Menor, actualmente Turquía) y gobernaba la ciudad Heraklea, cerca del Mar Negro. Con su vida devota y su bondadosa gobernación se ganó a los ciudadanos y muchos paganos, viendo su vida ejemplar, se convertían en cristianos. Cuando los rumores sobre su vida llegaron hasta el emperador Licinio (años 308-323), que era corregente de Constantino, él vino a Heraklea. Trataba de obligar a Teodoro a inclinarse ante los ídolos. Viendo que San Teodoro era muy firme en sus convicciones el enojado gobernante ordenó someter al confesor del Cristo a crueles martirios.

Primero lo estiraron en el suelo y lo golpearon con varas de hierro, acepillaban su cuerpo con hierro puntiagudo, lo quemaban con el fuego y finalmente lo crucificaron y le sacaron los ojos. Por la noche vino un ángel, lo desmontó de la cruz y le sanó a todas sus heridas. Cuando a la mañana llegaron los sirvientes de Licinio, enviados por él, para tirar el cuerpo de San Teodoro al mar y lo vieron totalmente sano, creyeron en Cristo. Ese día viendo este milagro de Dios, muchos paganos se convirtieron en cristianos. Cuando Licinio se enteró, él ordenó decapitar a San Teodoro, quien murió en el año 319. Todos sus martirios fueron escritos por su servidor y escriba Uar, quien fue el testigo ocular.

 

Mártires Valentina, Paola y Ennafa

23 de febrero (10 de febrero C.I.).

Hay muy pocos datos sobre estas mártires. Se sabe que ellas sufrieron por la Fe Cristiana en Palestina, en el año 308, durante Maximiano 2do. Galerio (años 308-313), por el gobernador de la provincia Firmiliano. Santa Ennafa provenía de los alrededores de Gaza, Santa Valentina y Santa Paola provenían de las cercanías de Cesarea. A la Santa Valentina la llevaron a un templo pagano para hacer un sacrificio. Allí ella arrojó una piedra al altar y le dio la espalda al fuego que había en él. Por eso, después de golpearla, la decapitaron. Semejantes martirios sufrieron Ennafa y Paola.

 

Venerado Vsevolod

24 de febrero (11 de febrero C.I.).

El príncipe Vsevolod, después del bautismo Gabriel, era el hijo de San Gran Duque Mstislavo y el nieto de Vladimiro Monomaj. Nacido y criado en Novgorod, desde su infancia se entregó enteramente al Señor, a través de la oración y la lectura de los libros santos. Y fue fiel al Señor durante toda su vida. "Aprendiendo siempre de los Mandamientos del Dios, el tenía el alma misericordiosa."Cuando empezó a gobernar Novgorod en el año 1117 hizo una victoriosa campaña sobre la ciudad de Yam, en el año 1123 y en el año 1132 peleó contra el pueblo Chud, tomando la ciudad de Iuriev.

Corajudo y con mucha fuerza corporal, él levantaba su espada no para el provecho o para demostrar su poder, sino solamente para establecer la paz y el orden y para la defensa de sus súbditos. Completaba el coraje de un guerrero con un profundo amor a su patria. Por este amor, por el ordenamiento, por el florecimiento de su patria y su tranquilidad él envainaba la espada, renunciando a su propia fama. Durante su gobierno en Novgorod, él se preocupaba por la educación cristiana y por la vida cristiana de sus súbditos. Con devoción respetaba a los Santos Oficios de la Iglesia. Construyó muchas iglesias, defendía a los débiles contra los poderosos, era el "amigo de los humildes, quien daba de comer a los huérfanos y protegía a los pobres." Y en general un verdadero padre de sus súbditos.

Cuando, en el año 1127, Novgorod sufría la gran hambruna el príncipe compartía con el pueblo sus bienes y consolaba a los necesitados.

La virtuosa vida del Santo príncipe y su firme poder que luchaba contra todo lo que era ilegal no les gustaba mucho a los ciudadanos de Novgorod. Ellos eran arbitrarios y todavía no exentos del paganismo. Ellos encarcelaron al príncipe Vsevolod con toda su familia. A los 2 meses dejaron salir de la ciudad a toda la familia. Entonces, San Vsevolod se fue a la ciudad de Pskov, donde los ciudadanos lo eligieron como su príncipe. En Pskov, el Santo príncipe edificó la Catedral de Santa Trinidad y pronto falleció en el año 1138, teniendo 46 años de edad. En el año 1193 fueron halladas imperecederas las reliquias de San Vsevolod y desde entonces junto a su tumba comenzaron las curaciones. La Iglesia Rusa venera al San Vsevolod como cristiano que sufrió el destierro por los suyos y El Señor lo glorificó como su fiel siervo con las milagrosas curaciones que tuvieron lugar cerca de su tumba. A pesar de que había gobernado la ciudad de Pskov solamente un año, el dejó un profundo recuerdo de sí mismo. En todas las circunstancias difíciles los ciudadanos de Pskov pedían la ayuda a su Santo príncipe. Durante el asedio de Pskov por las tropas del Esteban Batorio se traía desde la Catedral de la Santa Trinidad el icono del Venerable príncipe Vsevolod — Gabriel para levantar el ánimo de los defensores y los entusiasmados defensores de Pskov rechazaban los ataques de los polacos.

 

San Alexis Metropolita de Moscú

25 de febrero (12 de febrero C.I.).

San Alexis, bautizado como Eleuterio, hijo de un boyardo de la ciudad de Chernigov llamado Fedor Biakonta, nació en Moscú y tuvo como padrino en la Santa pila bautismal al príncipe Juan Kalitá. Cuando él tenía 13 años tuvo un llamado especial de Dios. Un día él instaló las redes para cazar los pájaros y de repente escucha una voz diciéndole: "¿Por qué cazas a los pájaros Alexis? Tú debes ser el cazador de los hombres." El joven Eleuterio decidió dedicar su vida al servicio de Dios y se ordenó monje en el Monasterio de Epifanía en Moscú, con el nombre de Alexis.

Él vivió 20 años en este monasterio y se hizo conocer por su sabiduría y sus esfuerzos espirituales. Para poder comprender mejor los escritos por los Santos Padres de la Iglesia aprendió el idioma griego. El Metropolita Teognosto, de origen griego, estaba necesitando un ayudante ruso para la dirección de la diócesis y él eligió a Alexis. Durante 12 años vivió Alexis en la casa del metropolita como su ayudante. Poco tiempo antes de la muerte del metropolita Teognosto lo nombraron obispo de Vladimir. Después del fallecimiento del metropolita Teognosto (año 1353) lo eligieron como su sucesor.

San metropolita Alexis dirigía a la Iglesia en aquel peligroso tiempo cuando el poder del Gran Duque, quien gobernaba en Moscú, disminuyó y hasta gobernaban otros. Esto ocurría en los tiempos del Gran Duque Juan El Rojo y empeoró después de su fallecimiento en el año 1359. Como heredero al trono se quedó Demetrio de 8 años de edad (más tarde el héroe de Don). El príncipe de Susdal se convirtió en Gran Duque. San Alexis, a pesar de la persuasión del nuevo Gran Duque para que se aleje de Moscú, se quedó. Trataba de que el joven de edad Demetrio no pierda su dignidad de Gran Duque. Ayudaba a Demetrio con sus consejos, apaciguaba a los príncipes feudales y algunas veces utilizaba severas medidas. El metropolita Alexis recibía la ayuda y colaboración de su contemporáneo Santo Venerable Sergio, abad de Radonezh, quien cumplía los encargos del metropolita. Iba a Bajo Novgorod y Riazan para apaciguar a los revoltosos príncipes.

Preocupándose por el bien de la Iglesia y de la Patria, Santo Alexis viajó 3 veces a La Horda. La primera vez — según la tradición en aquellos tiempos, en el comienzo de su cargo como metropolita; la segunda vez llamado por el Kan Chanibek. La esposa del Kan Chanibek, Taidula, hace 3 años que estaba muy enferma y había perdido la vista. Mientras tanto a la Horda llegó el rumor sobre la santa vida de Alexis. El Kan Chanibek escribió al Gran Duque pidiendo que el Santo metropolita vaya a La Horda y cure a Taidula. De lo contrario él amenazaba devastar la tierra rusa. No hubo la posibilidad de rechazo. El Santo confió en Dios y fue apoyado con un signo alentador: cuando él oficiaba el tedéum en la Catedral delante del relicario del metropolita Pedro se prendió, por sí sola, una vela.

Al llegar a La Horda, el metropolita Alexis ofició un tedéum por la curación de Taidula y cuando la bendijo con el agua bendita, inesperadamente ella recuperó la vista. Para recordar este milagro se edificó el monasterio del Milagro, ubicado en Kremlin sobre la tierra regalada por Taidula.

Ni bien regresó de La Horda, el Santo metropolita tuvo que viajar allí por 3 vez. El nuevo Kan Berdibek exigía de los príncipes rusos el aumento del tributo. Él estaba preparando la guerra contra la tierra rusa. Con la ayuda de Taidula, Santo Alexis tranquilizó la furia del Kan Berdibek y hasta recibió el nuevo sello que confirmaba los derechos de la Iglesia y del clero.

Antes de su muerte (12 de febrero de 1378) santo Alexis tuvo el consuelo de ver reafirmado el trono del Gran Ducado de Moscú y la Rusia en el camino de liberación del duro y multisecular yugo de los tártaros.

 

Los Santos Martiniano, Zoe y Svetlana (Fotinia).

26 de febrero (13 de febrero C.I.).

Siendo todavía muy joven, San Martiniano se instaló en el desierto cerca de Cesarea en Palestina. Su joven cuerpo atormentaban las pasiones carnales, su alma estaba turbada por las tentaciones diabólicas, pero San Martiniano estaba venciéndolas con el ayuno, la oración y el trabajo. Así vivió 25 años. Gracias a él una ramera llamada Zoe, que vino especialmente para tentarlo, se convirtió en una Santa. El Santo pisó con los pies descalzos el carbón ardiente y con mucho esfuerzo aguantando el dolor, gritó: "¡cómo será el fuego del infierno!" Sorprendida por la fuerza espiritual y por los sufrimientos de eremita, Zoe se arrepintió y pidió a San Martiniano que orará por ella. Él le ordenó ir al Monasterio de Santa Paula, en Belén, donde ella vivió 12 años hasta su fallecimiento. Ahí ella lleva la vida de muchos esfuerzos espirituales para expiar sus pecados. Hasta el último día de su vida Zoe no bebía vino y solamente comía el pan con el agua día por medio y siempre dormía en el suelo.

San Martiniano se fue a una isla deshabitado y allí vivió varios años sin el techo, bajo el cielo. Recibía la comida del dueño de un barco, para cual él fabricaba los cestos. En el mismo lugar donde San Martiniano se esforzaba espiritualmente, siguiendo sus pasos se salvó una joven llamada Svetlana (Fotinia), después de que su barco se hundió y ella fue traída por las olas a la isla. Al recibirla en la isla, para evitar las tentaciones el Santo se tiró al mar y con la ayuda de Dios alcanzó la tierra en el sur de Grecia. Después Martiniano estaba peregrinando durante 2 meses y falleció en paz en Atenas, cerca del año 122. San Svetlana se quedó en la isla. Después de seis años pasados en soledad ella falleció en paz.

 

Mega Mártir Teodoro De Amasea-Tiro

2 de marzo (17 de febrero C.I.).

En la ciudad Amasea, en la provincia Panonia, en los tiempos de las persecuciones por el emperador Maximiano (años 286-305), un guerrero llamado Teodoro, junto con los otros cristianos fue obligado a abjurar al Cristo y hacer un sacrificio a los ídolos. (El sobrenombre Tiro significa en latín "recluta"). Al negarse a hacerlo, Teodoro fue sometido a crueles martirios y encerrado en la cárcel. Ahí, durante la oración él fue consolado con la milagrosa aparición del Señor Jesús Cristo. Poco tiempo después lo sacaron de la cárcel y con diferentes torturas lo obligaban nuevamente a abjurar al Cristo. Finalmente, viendo su firmeza, el gobernador lo condenó a la hoguera. Sin ningún temor, San Teodoro subió a la hoguera y orando y glorificando a Dios entregó su alma. Fue cerca del año 305. Su cuerpo fue sepultado en la ciudad de Eujaita (actualmente Marcivan en Asia Menor) Más tarde sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla a la Iglesia consagrada a su nombre. Su cabeza se encuentra en la ciudad Gaeta, Italia.

50 años después de la muerte de San Teodoro, el emperador Juliano, el Apóstata (años 361-363) queriendo profanar la Gran Cuaresma Cristiana, ordenó al gobernador de la ciudad de Constantinopla rociar con la sangre de los sacrificios que se hacían a los ídolos a todos los alimentos que se venden en la feria durante todo los días de la primer semana de la Cuaresma. En una visión, San Teodoro se presentó al arzobispo de Constantinopla y le ordenó avisar a todos los cristianos que no compren los alimentos profanados y que coman solamente kutia, el trigo cocido con miel. En memoria de esto la Iglesia Ortodoxa celebra, hasta el día de hoy, todos los años el día del Mega Mártir Teodoro — Tiro cada primer sábado de la Gran Cuaresma. El día anterior, el viernes, después de la oración se oficia el tedéum a San Teodoro Tiro y se bendice la kutia.

 

San León Magno, Papa de Roma

3 de marzo (18 de febrero C.I.).

San León, papa de Roma (años 440-461), era muy conocido por su devoción y su erudición. Como un verdadero pastor, él defendía incansablemente la enseñanza ortodoxa de las herejías maníqueas y eutíqueas. Él, personalmente, condenó las herejías eutíqueas durante el Cuarto Concilio Mundial en la ciudad de Calcedonia. En el año 452, San León, con la fuerza de su palabra había detenido a Atila, rey de los Hunos, de la devastación de Roma. En el año 455 convenció a Genserico, rey de los Vándalos, a no asesinar a los romanos y no prender el fuego a: Roma. Por su devoción y la exitosa defensa de Ortodoxia fue llamado Magno (El Grande). San León falleció en el año 461, dejando el mensaje al patriarca de Constantinopla, Flaviano sobre la doble naturaleza de Jesús Cristo — Divina y Humana. Además, también llegaron a nosotros 100 simples, pero muy fuertes sermones. Cerca de 140 cartas muy interesantes por sus observaciones psicológicas sobre diferentes personas. Las reliquias de San León yacen en el altar lateral a su nombre, en la Catedral del Vaticano en Roma.

 

Venerables Marina y Kira

13 de marzo (28 de febrero C.I.).

La santa Marina y la Santa Kira eran hermanas, vivían en el siglo V en la ciudad de Beira en Siria. Menospreciando su noble origen, ellas se alejaron de la ciudad y se instalaron en una cueva, para llevar una vida de monjas. Allí ellas vivieron cerca de 40 años, calladas con un severo ayuno e imparable oración. Para mayor sufrimiento ellas llevaban, bajo sus ropas de monjas, unas pesadas cadenas de ascetas. Solamente una vez ellas dejaron su encierro fue para visitar la tumba del Señor en Jerusalén. Fallecieron en paz cerca del año 450, dejando después de sí una buena memoria de verdaderas devotas.

 

Indice de Santos

Nombre

Día de la Conmemoración

Número de Cuadernillo

ADRIÁN Y NATALIA, mártires

8 de setiembre (26 de agosto)

4

ALEJANDRO NEVSKY, Venerado

12 de setiembre y 6 de diciembre

(30 de agosto y 23 de noviembre)

4

ALEJANDRO y doncella ANTONINA, Mártires

23 junio (10 junio)

3

ALEJANDRA, Zarina, Mártir

6 mayo (23 abril)

2

ALEXIS, Hombre de Dios, Venerable

30 marzo (17 marzo)

2

ALEXIS, Metropolita de Moscú, San

25 febrero (12 febrero)

1

ALLA, LARISA y OTROS, Mártires

8 abril (26 marzo)

2

AMBROSIO, Obispo de Milán, San

20 diciembre (7 diciembre)

6

ANASTASIA, de Roma, Venerable

11 noviembre (29 octubre)

5

ANASTASIA, Desatanudos, Mega Mártir

4 enero (22 diciembre)

6

ANATOLIO, Mártir

6 mayo (23 abril)

2

ANGÉLICA, de Serbia, Bienaventurada

23 diciembre (10 diciembre)

6

ANDRÉS, Pobre de espíritu en el nombre de Dios, Beato

15 octubre (2 octubre)

5

ANDRÉS, Santo Apóstol

13 diciembre (30 noviembre)

6

ANDRÉS, Obispo de Candia (Creta), Santo

17 julio (4 julio)

4

ANISIA, Mártir

12 enero (30 diciembre)

6

ANA, Profetisa

16 febrero (3 febrero)

1

ANA, Justa, ver Joaquín y Ana

22 setiembre (9 setiembre)

5

ANTONIO, El Grande, San

30 enero (17 enero)

1

ANTONINA, Doncella, Mártir, ver Alejandro y Antonina

23 junio (10 junio)

3

ANTONINA, Mártir

14 marzo (1 marzo)

2

ATANASIO, Magno, San

15 mayo (2 mayo)

3

BORIS y GLEB, príncipes, Mártires

6 agosto y 15 mayo (24 julio y 2 mayo)

4

VADIM, Mártir, Venerable

22 abril (9 abril)

2

VALENTÍN, Hieromártir

12 agosto (30 julio)

4

VALENTINA, PAOLA y ENNAFA, Mártires

23 febrero (10 febrero)

1

VALERIO, Mártir

22 marzo (9 marzo)

2

BÁRBARA, Mega Mártir

17 diciembre (4 diciembre)

6

BASILIO, Magno (El Grande), San

14 enero y 12 febrero (1 enero y 30 enero)

1

BASILIO, Pobre de espíritu en el nombre de Dios, Beato

15 agosto (2 agosto)

4

VASILISSA, Mártir

16 setiembre (3 setiembre)

5

FE, ESPERANZA, AMOR y SOFÍA, Mártires

30 setiembre (17 setiembre)

5

VERÓNICA, Mártir

17 octubre (4 octubre)

5

VÍCTOR y ESTEFANÍA, Mártires

24 noviembre (11 noviembre)

6

VITALIANO, Beato

5 mayo (22 abril)

2

VLADIMIRO, Príncipe, San, equiapostólico

28 julio (15 julio)

4

VICTORIA (NIKA), LEONIDAS y OTROS, Mártires

29 abril (16 abril)

2

VSEVOLOD, Príncipe de Pskov, Venerado

24 febrero (11 febrero)

1

WENCESLAO, Gran Duque, Beato

12 octubre (28 setiembre)

5

GABRIEL, Arcángel

8 abril (26 marzo)

2

GALINA, Mártir

29 abril (16 abril)

2

GENNADIO, de Kostroma, Venerado

5 febrero (23 enero)

1

JORGE, Mega Mártir

6 mayo y 16 noviembre (23 abril y 3 noviembre)

2

GERMÁN, de Alaska, Venerable

25 diciembre (12 diciembre)

6

GLEB, Príncipe, Mártir, ver Boris y Gleb

6 agosto y 15 mayo (24 julio y 2 mayo)

4

GREGORIO, Nacianceno, El Teólogo, San

7 febrero (25 enero)

1

DAMIÁN, Mártir, ver Cosme y Damián

17 octubre (4 octubre)

5

DANIEL, Profeta

30 diciembre (17 diciembre)

6

DARIA, Mártir,ver Crisanfo y Daria

1 abril (17 marzo)

2

DEMETRIO, de Rostov, San

4 octubre (21 setiembre)

5

DEMETRIO, de Tesalónica, Mega Mártir

8 noviembre (26 octubre)

5

EUGENIO y OTROS, Mártires

26 diciembre (13 diciembre)

6

EUGENIA y CLAUDIA, Mártires, Venerables

6 enero (24 diciembre)

6

EUDOXIA, Mártir, Venerable

14 marzo (1 marzo)

2

EUFROSINA, Gran Duquesa de Polotzk, Mártir, Venerable

5 junio (23 mayo)

3

CATALINA, Mega Mártir

7 diciembre (24 noviembre)

6

ELENA, Emperatriz, Santa, Equiapostólica, ver Constantino y Elena

3 junio (21 mayo)

3

ZACARÍAS y ELIZABET, Justos

18 setiembre (5 setiembre)

5

ZENAIDA, Mártir

24 octubre (11 octubre)

5

MARTINIANO, ZOE y SVETLANA (FOTINIA), Beatos

26 febrero (13 febrero)

1

ZOE, Mártir

31 diciembre (18 diciembre)

6

SANTIAGO EL MENOR, Apóstol, Santo

5 noviembre (23 octubre)

5

IGNACIO, Deífero ("Hombre que lleva a Dios"), San

2 enero (20 diciembre)

6

IGOR, Príncipe, Venerado

18 junio (5 junio)

3

ELÍAS, Profeta

2 agosto (20 julio)

4

INNA, PINNA, RIMMA, Mártires

2 febrero (20 enero)

1

INOCENCIO, de Irkutsk, San

9 diciembre (26 noviembre)

6

JOAQUÍN y ANA, Venerables

22 setiembre y 7 agosto (9 setiembre y 25 julio)

5

JUAN, El Teólogo, Apóstol y Evangelista

21 mayo y 9 octubre (8 mayo y 26 setiembre)

3

JUAN, Crisóstomo, San

9 febrero, 12 febrero y 26 noviembre (27 enero, 30 enero y 13 noviembre)

1

JUAN, El Bautista, Profeta

7 julio, 20 enero, 9 marzo, 7 junio, 11 setiembre y 6 octubre (24 junio,7 enero, 24 febrero, 25 mayo, 29 agosto y 23 setiembre)

3

JUAN, Damasceno, Beato

17 diciembre (4 diciembre)

6

JUAN, de Cronstadt, padre, Justo

1 noviembre y 2 enero (19 octubre y 20 diciembre)

6

IRENE, Mártir

18 mayo (5 mayo)

3

IRENE, Mártir

29 abril (16 abril)

2

JULIANA, Mártir, ver Pablo y Juliana

17 marzo y 30 agosto (4 marzo y 17 agosto)

2

JULIANA, Mártir

3 enero (21 diciembre)

6

KIRA, Venerable, ver Marina y Kira

13 marzo (28 febrero)

1

CIRILO y METODIO, Santos, equiapostólicos

24 mayo (11 mayo)

3

CLAUDIA, Mártir, Venerable, ver Eugenia, Claudia y otros

6 enero (24 diciembre)

6

CONSTANTINO y ELENA, Emperador y Emperatriz, Santos, Equiapostólicos

3 de junio (21 mayo)

3

XENIA, de Petersburgo, Bienaventurada

6 febrero y 24 setiembre (24 enero y 11 setiembre)

1

XENIA, de Roma, Santa

6 febrero (24 enero)

1

COSME, DAMIÁN, LEONCIO y otros, Mártires

30 octubre (17 octubre)

5

LARISA, Mártir, ver Alla, Larisa y otros

8 abril (26 marzo)

2

LEON, Magno, Papa de Roma, San

3 marzo (18 febrero)

1

LEONIDAS, Mártir

18 junio (5 junio)

3

LEONIDAS, Mártir, ver Victoria, Galina y otros

29 julio (16 julio)

4

LEONIDA, Mártir, Venerable

8 julio (25 junio)

3

LEONILLA, Mártir

29 enero (16 enero)

1

LEONCIO, Mártir

22 marzo(9 marzo)

2

LEONCIO, Mártir

1 julio (18 junio)

3

LEONCIO, Mártir, ver Cosme y Damián

17 octubre (4 octubre)

5

LIDIA, Mártir

5 abril (23 marzo)

2

AMOR, Mártir, ver Fe, Esperanza, Amor y Sofía

30 setiembre (17 setiembre)

5

LUDMILA, Duquesa de Bohemia, Mártir

29 setiembre (16 setiembre)

5

MARINA y KIRA, Venerables

13 marzo (28 febrero)

1

MARINA, Mega Mártir

30 julio (17 julio)

4

MARIA, de Egipto, Beata

14 abril (1 abril) y Quinta semana de Cuaresma

2

MARIA MAGDALENA, equiapostólica

4 agosto (22 julio)

4

MILIZA, Princesa, Justa

1 agosto (19 julio)

4

MITROFANO, de Voronezh, San

6 diciembre (23 noviembre)

6

MIGUEL, Arcángel

21 noviembre (8 noviembre)

6

MIGUEL, Príncipe, Mártir

3 octubre (20 setiembre)

5

MIGUEL, de Kiev, San

13 octubre y 28 junio(30 setiembre y 15 junio)

5

ESPERANZA, Mártir, ver Fe, Esperanza, Amor y Sofía

30 setiembre (17 setiembre)

5

NATALIA, Mártir, ver Adrián y Natalia

8 setiembre (26 agosto)

4

NIKITA, Arzobispo de Novgorod, San

13 febrero (31 enero)

1

NIKITA, Mega Mártir

28 setiembre (15 setiembre)

5

NICOLÁS, de Bari, San

22 mayo y 19 diciembre (9 mayo y 6 diciembre)

6

NINA, Santa, Equiapostólica

27 enero (14 enero)

1

NONNA, Justa

18 agosto (5 agosto)

4

OLEG, de Briansk, Príncipe, Venerable

3 octubre (20 setiembre)

5

OLIMPIA, Confesada, Diaconisa, Beata

7 agosto (25 julio)

4

OLGA, Gran Duquesa, Santa equiapostólica

24 julio (11 julio)

4

PABLO, Apóstol, San, ver apóstoles Pedro y Pablo

12 julio (29 junio)

3

PABLO y JULIANA, Mártires

17 marzo y 30 agosto (4 marzo y 17 agosto)

2

PAOLA, Mártir, ver Valentina, Paola y Ennafa

23 febrero (10 febrero)

1

PANTALEÓN, Mega Mártir

9 agosto (27 julio)

4

PARASQUEVA, Mega Mártir

10 noviembre (28 octubre)

5

PACOMIO, El grande, Venerado

28 mayo (15 mayo)

3

PELAGIA, Venerable

17 mayo (4 mayo)

3

PELAGIA, Venerable

21 octubre (8 octubre)

5

PEDRO Y PABLO, Santos Apóstoles Superiores

12 julio (29 junio)

3

PINNA, Mártir, ver Inna, Pinna y Rimma

2 febrero (20 enero)

1

PROCOPIO, de Ustiuzh, Beato

21 julio (8 julio)

4

RAISA, Mártir, Venerable

18 setiembre (5 setiembre)

5

RIMMA, Mártir, ver Inna, Pinna y Rimma

2 febrero (20 enero)

1

ROMANOS (ROMÁN), Melodo, Venerado

14 octubre (1 octubre)

5

RATISLAO, Príncipe, Venerado

27 marzo (14 marzo)

2

SVETLANA, Beata, ver Zoe y Svetlana

26 febrero (13 febrero)

1

SERAFÍN, de Sarov, Beato

1 agosto y 15 enero (19 julio y 2 enero)

4

SERGIO, de Radonezh, Venerable

18 julio y 8 octubre (5 julio y 25 setiembre)

5

SIMEÓN, San y ANA , Profetisa

15 febrero (3 febrero)

1

SIMEÓN, Estilita, Venerado

14 setiembre (1 setiembre)

5

SOFÍA, Mártir, ver Fe, Esperanza, Amor y Sofía

30 setiembre (17 setiembre)

5

ESTEBAN, de Perm, San

9 mayo (26 abril)

2

ESTEBAN, Protomártir y archidiácono

9 enero (27 diciembre)

6

ESTEFANÍA, Mártir, ver Víctor y Estefanía

24 noviembre (11 noviembre)

6

SUSANA, Mártir

24 agosto (11 agosto)

4

TAIS, Santa

21 octubre (8 octubre)

5

TAIS, Beata

23 mayo (10 mayo)

3

TAMARA, Zarina, Venerada

14 mayo (1 mayo)

3

TATIANA, Santa, Mártir

25 enero (12 enero)

1

TIJoN, Zadonsky, Santo

26 agosto (13 agosto)

4

TEODORO, Mega Mártir

21 febrero (8 febrero)

1

TEODORO, Tiro, Mega Mártir

2 marzo (17 febrero)

1

FIODOR, Boyardo, Mártir, ver Miguel y Fiodor

3 octubre (30 setiembre)

5

PHILARETO, El Benévolo, Justo

14 diciembre (1 diciembre)

6

FELIPE, Metropolita de Moscú, San

16 julio y 22 enero (3 julio y 9 enero)

4

CRISANFO y DARIA, Mártires

1 abril (19 marzo)

2

CRISTINA, Mártir

6 agosto (24 julio)

4

CRISTÓBAL, Mártir

22 mayo (9 mayo)

3

(*) Cada cuadernillo tiene dos meses

 

 

 

 

Folleto Misionero # S

Copyright © 2000 Holy Trinity Orthodox Mission

466 Foothill Blvd, Box 397, La Canada, Ca 91011

Editor: Obispo Alejandro (Mileant).

 

(vida_santos_1.doc, 08-30-2001).

 

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